lunes, 25 de octubre de 2010

El Madrid del yonki, y la capital heroina

Fin de los romances,
Fin de los paseos por caminos empedrados,
Pintados de amarillo.
Lenguas de caminantes,
Bajo tierra.
Quietos, muertos, sentados,
Sin pensamientos. Sin piernas, ni sol.
Quitafuegos, Quitapenas, Quitamiedos.
Y escándalo, y locura.
Y pitos.
Todo, instrumentos de la parálisis
en movimiento.
De captación, de propaganda,
De simple engaño,
Del sentido del deber.
Dominio del queroseno,
Calorías de óxido de capital.
Venden ciudades y compran gases,
Venden cultura y calidad de vida,
Y se embuchan de petróleo negro.
De ceniza, de cieno, de cenicientas,
De calabazas.
Negro, negro, negro.
No hay claros de luna en Madrid,
Hay cegueras de prisa,
Colas de espanto,
Carreteras podridas por el aire
E insumergibles nubes de codicia y posición.
Pero, por encima, y por debajo de todo,
esperanzas de risa.
Miradas rotas, miradas perdidas.
Confusión.
Y aterradoras ideas
De para que vive el género humano.
Si queréis una opción
Aquí, poco pan y mucho circo.
Podemos estudiar mucho el mercado,
Pero no la hay,
En todos nuestros lugares,
Se vende la misma porquería.
Se esquiva igual,
Y metódicamente,
Quiénes somos las personas.
Nos subvencionan la droga,
Metámonosla en vena,
Mientras todo esto revienta.

lunes, 18 de octubre de 2010

Fpoema

Dijiste me gusta. Le cantaste al cielo.
Comentaste la buena palabra con tino.
Y resumiste a tu virtual querido vecino,
Las dudas que tenía y sus absurdos celos.

Te vi preocupado por los malos pelos,
De todos los que se pasaron de pillos.
Y recordaste onomásticas y apellidos
De gente que apenas tocaron tus dedos.

A veces somos más banales, otras veraces,
Otras canta el alma nuestra, sola y triste.
Otras fuerte, clamorosas, breve, o procaces.

Unas imágenes, una música, un enlace.
Todo para decir: Que un día me mordiste,
Y ahora de mi parte, eres parte importante

Química

Encerrado detrás de tus pupilas
Como presa en tu cárcel de cristal.
Como una gota de sudor venal
Sobornada por tus pechos y prisas.

Caigo en la trampa de tus risas,
Conjugado por tus piernas de sal.
Pintado por los colores de tu mal,
Me siento frío el vello, y brisa.

No quiero ser para ti tan caduco,
Ni una copa a medio servir, o beber.
Ni tan poco quiero serte esquivo o cuco.

No me gusta esconderme, amor,
Ni decir cosas que mis ojos no ven.
Es química. ¿Me guiñas, corazón?

miércoles, 13 de octubre de 2010

Cantando a la verdadera hada verde

Cantando a la verdadera hada verde,
La de los antiguos y bárbaros escitas,
Y cómo me pones cachondo, y excitas,
Que salen las palabras a bombo y drede.

Que me surcan caricias y poderosas sedes,
Sin surcarme dedos, ni probar un agüita.
Y bebo para seguir creando y soplando citas,
En volutas que viven mareadas y crecientes.

Y me inspiro. Y me inspiras, y siembras.
Y sigo echando de menos el ruido y las voces.
Pero me calmas como una amante hambrienta.

Me sosiegas como una vela en cubierta,
En el paralelo difuso de la entera oscuridad.
Eres mar, eres ciencia, eres peligro y veleidad.