domingo, 22 de julio de 2012

Fantasía 1000

La noche estrellada hacía plumas
con un cojín en el verde intenso
De sus iris de lata y sarmientos,
En su boca hacía brisas y bruma.

Y volvía el levante a sus cabellos
Escondida entre faroles y aupas,
Y se vestían los astros de pupas
Multicolores buscando el aquello.

Pero tus párpados no se elevaban
A la atmósfera crítica y temible
Del cielo nocturno, sin razón.

Esos, tus breves pasos, no te guiaban
A un paraíso artificial ni legible,
Ni eran de ningún otro corazón.

viernes, 20 de julio de 2012

Negro, y sin teñir

Tengo tiempo para andar sin tiempo,
Tengo corolarios de carcajadas guardados,
Y una lengua pura y diáfana de depurado,
Diestra, en verdad, para el esperpento.

Te diré cientos de cosas sin lamento,
Entretendré tus mentiras sin desagrado,
Y ofreceré por ti mi colérico enfado
A las estrellas nubladas de nuestro cielo.

No engaño a nadie, no intento agradar,
Resuelvo con una ecuación por descifrar,
Te entrego la sal y la arena del mundo.

Y sigo en playa desierta, y sin aparentar
Hago, todo día, de tripas, corazón de cal,
¿no hay blanco que sea fecundo?

jueves, 19 de julio de 2012

Yo siempre peco ¿tu qué?,o, ¿de qué???

Si tuviera un jardín
Donde plantar roces y secas
Palabras de amistad
Sincera.
Pero pecas.
Y siempre colmas las nubes
Con el llanto de rápidas
Lagartijas.
Despiertas los temporales
En agosto
Y en septiembre.
Y se desboca el calendario
Sin querer ser
Gregoriano.
Como siempre, sin trastos,
Calentada por nimios
Besos de estaño
Y cobre fundidos,
Broncínea se eleva la Luna,
Canto cuadrado
De nuestro universo
Parcial.
Escapan del agua
Rayos metalúrgicos
De sardinas y jurelas.
Y la brisa marina calienta
Los corazones con música
De pequeños meteoros.
Como siempre
Corta, la marea,
Cuando se esperaba alta.
Y pescando peces
En un cubo
De extraños.
Y arreciando oídos
Con palabras dulces.
Yo siempre peco.
Me acompaña Pan,
El querido cornudo.
Bajo esta noche
De ceremonias
Tocaremos el címbalo,
Y calentaremos las manos
En el arrecife
Del levante.
Solos,
Y cándidos,
Y amantes del rico
Voltaire.

domingo, 15 de julio de 2012

A Ana Marr. Un hada huida a mi infinito

Saltaste una valla del más allá
En un intento inocente y cruel
De estar más contigo y ser fiel
A tus principios sobre la verdad.

Estabas triste y todo era fatal,
Te crispaba lo eterno y su tez,
Te arrullabas como pequeño pez,
Faltándote memoria de realidad.

Escondías tus quejas en saco
Grande y espinoso, y lleno
De la complejidad de tu sonrisa.

Me hablaste a veces de asco,
De morbos, de vida, de plenos,
¿dónde fuiste Mona Lisa??

viernes, 13 de julio de 2012

Un carro a las estrellas


Y uno tras otro momento,
Y, cansado, un paso atrás.
Y encontrado en un azar,
Y vivido sin algún lamento.

Y esperando el gris viento,
Y sintiendo tu lindo estar,
Y viendo tus ojos mirar,
Y buscando solo tu aliento.

Y dormido en tus laureles,
Y entretenido con tu caminar,
Y vacío de palabras crueles.

Y acicalando limpios albores.
Y tejiendo con dulce cantar
Un carro para que tu lo labores.

Y sabes dar rienda a tu sueño,
Y navegarás por bravo mar.

Ahora sólo te queda un dueño.
¡¡Alzarte, Nena!!. Y volar, y volar.

jueves, 12 de julio de 2012

domingo, 8 de julio de 2012

Pai pai

Pai pai de vino blanco,
Con tus pezones al aire altivo,
Con tu cremallera desabrochada,
Con espejos bajo la planta de tus pies

Cariño mío, muévete al lado,
Déjame desenchufar tu ánimo
De la corriente baldía de mi semen.

Ya puedes dejar de derramarte,
Ya encontré el punto difórmico
De tu pelvis tranquilizada.

Chúpame, lávame con tus manos,
Las manchas canosas de mis sabanas,
Y mi cuerpo escurridizo por ti.
Con resquemores de interior.

Con dolor del placer acumulado,
Con mi saliva persistente
Cayendo de tu pelo sin remedio.

Con caricias que no se pagan,
Ni se desviven en lo húmedo
De tus retales de interior.

No nos queda nada que declarar,
Piel contra piel,
Alcohol, sudor y desengaños.
No pervivía más que el roce.

¿Te engaño?...., “tiene corazón”

Tal, ¿para cuál?

Y Sigmund sigue sin quitar el ojo,
Guiñando en el hueco de un clavo,
Encontrado en un paño de lavabo,
Con ganas de limpiar a su antojo.

Y Sigmund corta los torpes abrojos
Del vicio sobre la piedra del esclavo,
Y habla despacio de los eslavos,
Explicando el candor de los rojos.

Y yo me pierdo en todas las jugadas
En las que tiro dados por necesidad,
En las que reitera que no hay azar.

Y advierte del derecho de pernada
Que subyace a su instinto de necedad.
Regálame algo que se pueda amar,

Sigmund.
                Que sea tan verídico y fatal,
¿F@llaras
                Tu también en el cuál para tal?