Confesiones de un tonto

Desnudos los dos compartimos
la luna lunar del inmenso cielo,
y tejido entre tu boca, y el celo,
de la vida correcta de un mimo,

hayamos sintonía, ritmo, y tino.
Palabras no procaces por pelos,
diversos tipos de contemplar lelos,
y conjunciones en el vivo destino.

No quisiste ver que puede serse
cretino sin ser tonto ni apenas,
y ser un chamánico y torpe verde,

enlutado en un corazón roto y frío.
Se puede ser loco, largo, y rio,
pero sólo serás lerdo y rebelde.

La diosa más bella

Una luz clara y pura que se expande
Llego a mis ojos tristes y cansados,
Por iris bello que había transformado
El aire próximo en visión circundante.

Todo se aproximaba y hacía grande,
Tus ojos y tu sonrisa eran mi regalo.
Y sin conocerte ni en lo más cercano
Sé que llenaban un corazón de gigante.

Muecas de simpatía infinita y veraz,
Allegros en el pasar de mis teclas
Al son de las curvas amables de tu cara.

Encontré el vacío al perder tu haz.
Busqué entre la noche y sus sombras,
Pero te habías ido. No quedaba nada.

Nempatías

Hubo tiempo para estar preso
de barrotes de dulce mermelada,
de sentir con cada torpe pincelada
el fluir de los astros y su peso.

Hubo tiempo de sentirse poseso,
y de caer camino recto a la esperanza.
Hubo tiempo de perder templanza
en favor de los mejores ingresos.

¿Miedo?. Calor de ascuas requeridas,
candores del color de las nubes,
que no se prefieren, que es preferida.

¿Mentiras?. No hubo ni una palabra.
Tengo y siento, y vivo herrumbres.
El amor sale, pero no entra en mi casa.

Retos II

Como una vieja lata usada
De pintura para automóviles
Me derramaste por móviles
De gente extraña y ajada.

Me repartiste como si nada,
Por mor de peores móviles,
Y, todos, como automóviles,
Siguieron tu pauta fijada.

Acabé en boca de todos,
En labios de ninguna tonta,
En un parachoques usado.

Terminé dando el bocado,
En un cilindro lleno de lodos,
A caballos de poca monta.

Retos

Se suceden los secos fantasmas
De gotas de agua que dispersan,
De tiempos perdidos que restan
El valor de las mejores patrañas.

Todos dividen y se engañan,
Todos se reúnen y se prestan,
En el universo que apesta,
Todos olemos a alimañas.

Banderas para quedar ciegos,
Bultos que adquieren clase
Al ritmo constante de himnos.

Somos garantes de descontento,
Somos gracia para la parte.
Y, en todo, del todo indignos.