jueves, 6 de noviembre de 2014

Si no sabes medir, no sabes de pares

Sonaba la campanilla en sus dedos,

Con un tintineo arrogante y delicado,

El firmamento rompía, caía sonado,

Por las ondas del eco al que retrocedo.

Nunca un pálpito llegó a tal enredo,

A cúmulo de tantos hechos inapropiados

Lo que fue con múltiples besos conjurado.

De la ilusión y la alegría me desheredo.

Los sonidos de amor lejanos y sus risas

Engañaban la conciencia del presente,

Cosiendo a mi costado tu mucha prisa.

Batiendo mis alas, cual otros disidentes,

Encierro en un baúl tus bellas niñas lisas

De muerte, sin favor, ni atrás, ni gradiente.


 

viernes, 24 de octubre de 2014

Metas.

Seguía queriendo morderte ahora que estabas lejana como un aroma en el horizonte, más allá de los cubos ajedrezados, junto a las acacias, pasando los huertos del alma y oblicua a todo camino de pescadores. Seguía queriendo morderte con fuerza.
Y toda una iglesia enterita pesaba en mi corvada espalda. La iglesia de tu sangre cruzándose con la mía entre mis dientes, con los tuyos. La pequeña cadena entrelazada de los seres humanos. Con la fuerza enorme de toda una creencia sistematizada que mana de mis fauces y mis fosas nasales: el hambre, hambre de distancia cuando estás lejos, hambre de paciencia cuando tienes prisa, hambre de ti que se guisa con paciencia en la distancia.

Y sigo queriendo morderte con querencia de “pa luegos” y, como bestia salvaje a pies de faraones y faraonas, me rindo y presto mi cuello a tus grilletes porque se que siempre puedo morderte, que me dejarás de buena gana derramar tu sangre por el Mundo. No fueron suficientes Isis y Osiris nunca, son siempre devorados por sus hijos.

Si el tiempo lo permite, se manche el Nilo de nuevo de rojo, con nuestras dentelladas, sin bombardear más las tierras de campesinos con carne débil. Todo ocurre en un dedal en la Tierra, lo mejor que podemos hacer es brindar por él. Nuestro yugo de una cosa muy convencional.

jueves, 16 de octubre de 2014

Chica Cicatriz

Posó en mi mano, en principio, como una pintura pirata, marca de cruz negra o esfera que me señalaba de por vida, corta ya sin ella. Se escabullía por mi piel suave como un zumo de naranja matutino, oscurecido por el cariz de la elección, denso como una sangre viva, vital y terrible. La tinta comía y comía versos de amor que comenzaban a convertirse en promesas; en figuras sólidas, lo que sólo fue sueño en vigilia. La tinta se posaba agarrándose firme a mi piel para poder hacerse.
De la mancha, pasó a insecto y ahora va mutando hacia pájaro. (Luego será mono y hasta res).
A medida que me tocaba, iban surgiendo las líneas, las sombras y colores de un Yo que era nuevo desde este momento, que tendía a mezclarse con esos trazos como si hubiera estado esperándolos desde siempre, una fatalidad más, que ahora encantaba como un tatuaje delicado en brazos de un malvado de pata coja. Su finura, su templanza, su constancia y sus colores claros, estaban convirtiendo a ese pirata en ave nocturna marina, en graznido solitario sobre las olas acercándose a los barcos iluminados, en una curva directa a un cubo rodeado de garfios y cabos, y repleto de alegría y libertad.
La poderosa marea de la marca nos había dado muerte, nos había marcado irrepetibles: faros, punto, suelo y más marca. De los dedos comenzaron a caer hilos de palabras que se habían dicho demasiadas veces, la tinta escapaba de mí para enseñarme a ver mi nuevo destino, el rumbo de unas manos que ahora eran sólo un lienzo hacia el horizonte de velas hermosas que tú habías adornado. No pensaba en ti, pensaba en mi carne, en mi libertad, en tu cuerpo, eres mi Chica Cicatriz.

martes, 9 de septiembre de 2014

Oh Poema

Cegó sus ojos en el círculo,
Espiral concéntrica de sus largos radios,
Con los que rodeaba
un aire de princesa en desconsuelo.

La habían llamado extraña,
Vivaz niña, ruedo de un pertinaz y largo
Desenmascare
De lo incrédulo.
Sabía andar sobre sus dos piernas de vértigo
Haciendo temblar a los ciudadanos
Y prestar miradas tiernas
Al más jodido
O perder el tiempo en el ensueño.

“No se ganan partidas sin pérdidas”,
Parecía gritar en cada poro.
Luz o lucha en sus ojos,
Me encandiló como a un reloj roto,
Aquí sigo, sin pausa y sin movimiento.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Nube. A Virgi.

Despertado a un septiembre nuboso, pongo mis pies al ritmo normal de tus sueños, vivo en tus zapatos de color amarillo, caliento el goteo persistente de agua desde la cornisa. Cayendo una y otra vez en tu circulo me veo cegado por las olas de calima de superficie.
El calor te hace lluvia cuando sopla un viento fuerte y estruendoso. Quieres nutrir árboles, plantas y animales a una y ahora parece que todo es posible. Y cantas, y elevas unos pendones blancos sobrecielo porque sabes que los colores están surgiendo allá abajo.
No hay error para la magia de esos ojos esmeralda de casino y fortuna. Iba pidiendo perdones y como un chubasco me empapé de tierra.
¿Qué mejor para una nube que un vórtice? Necesitaba ya el sabor acicalado del suelo que piso, tu tacto humano insuperable, vacas volando, tornillos y pétalos, envases vacíos de historias pasadas, besos, sobretodo besos en todo lo que se mueve.
Eres ric@, vuela,
pero no te apartes ;-)

lunes, 18 de agosto de 2014

Alegría

Y dejé volar de nuevo su sonido
Por ondas de mar y sal azulada,
Por seda fabricada con la humedad
Que viene del Este hacia mi casa.

Y me inundé con los gritos
Que no sabían por dónde escapar,
Y a mis ojos llegaron lágrimas
Que no provenían de un suelo.

La maraña se tejía tupida,
Vieja, esclava, inocente, intrépida.
Cada momento se agrandaba más,
Ya era una rejilla por donde mirar.

Una nueva muesca en mi carne,
Un trémulo resquemor al que volver
Como se vuelve a un vientre,
A una copa de vino tras años de sed.

Aquel sería un colocazo vertical
De enganche puro a lo irrepetible,
A partir de aquello me quedaba
Hacer carrera o ponerme a caminar.

Sé hincharon las velas y echó a volar.

martes, 1 de julio de 2014

Textos Presentes

Estimados visitantes, ahora estoy publicando con más asiduidad en la página Textos Presentes de Facebook. Les agradecezco que se pasen por allí. Sólo tienen que picar en el nombre a continuación.

Textos Presentes


martes, 18 de marzo de 2014

El Ego, con Jose Montoya.

Te puedo acariciar con sigilo si tu quieres. Y puedo besarte el cuerpo pero no estoy seguro que encuentre algo. Si lo que se hace alma bajo las chabolas de tus costillas al respirar te da un suspiro, llámame.
Estaré listo para acunarte, para darte todo lo que quede en mis pequeñas manos y mis grandes brazos. Te arroparé como madre. Como pequeño ente que acabas de llegar. Wellcome planeta Tierra.
Soy la comadrona de tus sensaciones. Tu espíritu indio, gitano, judío, árabe, cristiano, o lejano como el mar, será bienvenido a mi hogar donde todos somos una misma cosa, una continuidad sin fronteras posibles. Estoy para que nos hagamos más grandes tú y yo.
Yo y tú. En un jardín pasamos donde las flores se abren cuando la lluvia no cae del cielo sino de los huerfanos peces. Vamos a enfrentarnos con el espejo. No vivimos ayer, estamos juntos. No nos separara nada en el mundo, ni una fragancia ni un susurro. Somos familia desde siempre, mi niñ@ del alma, estás presente en todo. No olvidare tu risa que me interesa  como el rotar de una Tierra entre mis brazos.

Como el primer llanto al nacer ahora puedes respirar.

domingo, 16 de marzo de 2014

La trascendencia del peso es puro vicio.

Parece que el exceso es el único y veraz medio.
La única puerta hacía la defunción constante,
Verás que todo se regula y se pinta mediante
Las sustancias que aburren al insufrible tedio.

Hay personas que tienen paz y sin asedios,
Viven una vida sencilla y siempre adelante.
Yo he dado muchas más vueltas que Atlante,
Para olvidar el sufrimiento que comedio.

Agarrar el Globo, lucir a ninfas y héroes.
Cercenarme el paso por el peso, que me dan,
Que hace de mi espalda un vacío muy lleno.

Yo sigo, engañando al tiempo y a Hércules.
Bebiendo, respiro, libando sin ánimo de parar,
Con toda la maldad de saber que hago pleno.

-”Aguanta tú el globo”.

sábado, 8 de marzo de 2014

Diarios del Pirata IV

A veces se te desatan rápido los apetitos y la claridad se sustituye por un sostenido tropezar con una y otra piedra. Tienes tantas ganas de querer que no sabes qué quieres. El corazón humano que, por supuesto, nubla la razón, es de una gran potencia, de una constancia metódica con la que hacernos ciegos, como si nuestros ojos se nublasen por la gran cantidad de sangre.
Todos los días lo vemos y lo sufrimos, personas perdidas del karma por sus latidos, como si los ensordecieran. Y después de tropezar con unas pocas de piedras tus espinillas estarán heridas, estarás cansad@, tendrás mareos y parecerá que tu barca está en medio de la más furiosa tormenta.
No sé si hay un camino recto pero estoy seguro de que hay un rumbo correcto para lo que quieres ser y hacer. Y los barcos de los piratas a veces cortaban las olas aunque corriesen el riesgo de que toda la nave se deslavazara. Esas prisas, esos pulsos, esos impulsos si te llevan a la libertad.
Son exteriores y propios, lo interior muchas veces es ajeno al lenguaje del alma y mucho más propios de egos malcriados. Cuidad vuestra arma de destrucción masiva del equilibrio -benditas paradojas- tened cuidado con los engaños del corazón. Son mucho más peligrosos que ningún pirata.

¿Quién tenía razón?

Enciendo teas y me pongo a pensar que puedo encontrar lo más bello y más complejo, lo más sencillo y cordial en cualquier camino por el que pasee. Una simple flor puede ser imagen del conocimiento, del cosmos e incluso de la antimateria, como un queso gruyere.
Un perro puede ser un pastor y un asesino, un cascabel, una alerta o una musiquilla que anuncia buenos sentimientos. La Divinidad es grande, es de Perogrullo, pero también está en todas las cosas pequeñas, hasta en las pequeñas motas de polvo que revolotean con su caos y su orden una habitación llena de humo vegetal.
El otro día me hicieron ver que perseguía a una Proserpina apunto de convertirse en ramas y hojas, en pequeñas cúpulas para las gnomos. Un sueño visceral de lo grande. Una mujer que ande carros y carretas y siempre tocada con bellos adornos. “Una diosa, buscas” me dijeron. Cosa que no se puede encontrar. Persona que vivió en la mente de Apolo para convertir sus dones en su fuga, los dones que le daba el Poeta con su interés. Los dones que ella tenía por haberse visto la más bella aunque fuera a los ojos del dios Sol.
Pero Proserpina se convirtió en árbol. Árbol bello e insigne con todas las virtudes que le habían regalado los versos susurrados a las simples esferas, para poseerla.
Apolo creyó que ella era la perfecta pero lo divino le hizo ver para su pena, sin rencores, que sólo quería ser árbol. Estar quieta y permanecer incólume. Ni las manos más tersas le valían, ni los rizos rubios más escandalosos ni el calor más perenne. A veces la elocuencia, la presencia y las formas angostas, conjuntadas, asustan. Y a veces lo completo no quiere reclamos ni conjuntos ni acuerdos.
Nosotros persistimos, insistimos o desistimos.
Yo desisto, -no como Apolo-, desisto de idealizar, de ensalzar, de perseguir, de buscar lo que se hace imposible y más bello a mis ojos sin reflejo posible. Quizás haya margaritas que se conviertan en amapolas. La Divinidad es fuerte, es implacable, es irracional pero se deja entender si eres capaz de cambiar los modelos que te han dado.
Si te partes los vestidos pide que empiecen a vestirte de nuevo para empezar, -para cambiar de flor. Y para recoger flores y quedar bien, además, hay que ir bien vestido.
Apolo lloró junto a su árbol amargamente por perseguir la perfección, quizá el truco sea perseguir el “defecto”, lo destinado, lo que cambiará, quizás y poco a poco, para convertirse en la más bella flor desde la sencillez, desde lo cordial, desde lo que parecía imperfecto. El problema es que el mundo se va haciendo menos simple, poco a poco, y la sencillez no está al alcance de la mano. Sencillez es entenderlo y aceptarlo todo.
Por mucho que desista, y no busque, me temo que acabaré como el dios llorando bajo un árbol aromático después de haber cantado tanto al cielo como para recorrerlo mil veces. Un pagano, poeta, bohemio, soñador, loco y místico dónde coño va a encajar en esta sociedad “racionalizada”.

lunes, 3 de marzo de 2014

Políticas de Austeridad

Todos conocemos el mercado de los diamantes un poco. Los diamantes son de forma pura carbono que bajo condiciones de alta presión en el interior de los estratos terrestres, y principalmente en la chimeneas de kimberlita, cristaliza en esa hermosa piedra que una vez tallada vemos en las estanterías de las joyerías del primer mundo.
A pesar de lo que podamos creer los diamantes son bastante comunes, en la Tierra hay toneladas de ellos o incluso en los Mares a la deriva.
La posición de mercado de la industria diamantífera es clara. Han monopolizado su distribución, la distribución de diamantes -que está únicamente en sus manos. Así hacen creer que su producto es exclusivo, extraño, casi inalcanzable.
Esto sube los precios y redunda en unos pocos beneficiarios que son los dueños de la industria, los fuckin masters of the universe.
Así la hija de puta ésta, lagarta, de la Cristina Lagard hace lo mismo con nosotros.
Las Políticas de Austeridad, como en el mundo de diamante, hace menos accesible el dinero a las masas, lo hace más caro, impide su distribución entre las masas siendo los recursos más que suficientes y sobrantes para que regaláramos diamantes cada vez que nos cortáramos las uñas.
¿Y todo para qué?. Pues igual que con los diamantes, para favorecer a los dueños de este tinglado que no se quienes son. Ahora los banqueros centrales son sus instrumentos para esclavizarnos. Orwell está cerca.

sábado, 1 de marzo de 2014

Al sacrificio

Cobraba con buenas monedas sus palabras,
Encandiladas por un genio afín de sobresalto,
Engañando de continuo y con dulces fastos
Al soñar de poesía, sueños y abracadabras.

Era mago, genio, pobre tirado y feliz cabra,
No encontraba la comprensión en lo largo,
Ni en lo ancho, ni en la vida de sus años.
Era un cadáver que, en vida, se apalabra.

No temía muerte, ni escarnio, ni falacia.
Amaba perdido de toda razón y consuelo.
Y sabía que sus monedas no eran dinero.

Estaba más solo que el uno en la infancia
Y quería con viveza su cuerpo en el suelo,
Su palabra era tiempo y su alma, carnero.