jueves, 6 de noviembre de 2014

Si no sabes medir, no sabes de pares

Sonaba la campanilla en sus dedos,

Con un tintineo arrogante y delicado,

El firmamento rompía, caía sonado,

Por las ondas del eco al que retrocedo.

Nunca un pálpito llegó a tal enredo,

A cúmulo de tantos hechos inapropiados

Lo que fue con múltiples besos conjurado.

De la ilusión y la alegría me desheredo.

Los sonidos de amor lejanos y sus risas

Engañaban la conciencia del presente,

Cosiendo a mi costado tu mucha prisa.

Batiendo mis alas, cual otros disidentes,

Encierro en un baúl tus bellas niñas lisas

De muerte, sin favor, ni atrás, ni gradiente.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario