No tengo monedas para corazones usados,
Ni me quedan palabras que sean elocuentes,
He gastado y bebido de cada una de las fuentes
Que daban a mi vida la factura de probado.
Pienso de largo en la muerte y en su alado
Carro que me lleve de nuevo a nuevos afluentes,
Pero es cobarde y demasiado tranquila mi mente
Para vivir en corriente con mi ánimo desatado.
Veo, creo, puedo, pero nunca me veo y certifico.
Soy un solitario entre los pobres y solitarios,
Una mente callada; nunca quiero y testifico:
Diablo pobre que no tiene falsos breviarios
Nunca ganará una prueba de las que intensifico.
Las personas quieren mentiras y abecedarios.
Yo sólo soy aquello que veo y simplifico.
Así se pierde el terreno en cualquier terrario...
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