martes, 18 de mayo de 2010

Clepsidra de hojalata

Triste conjunción de ingenio
Y desengaño. De insomnio,
Y de acaudalada melancolía.
Como palomas ciegas chocan
Mis pensamientos con la inercia
Y el dislate de no verte, no sentirte, no olerte.
Condolido de verme en tales harapos.
En estas perentorias canas de pocos años,
de cariños inconfesados a la nada.
En esta bizquera peligrosa de mal navegante,
Sigo como un hombre, conciso y metódico,
Sin hacer nada.
Entregado a la tontería.
A fruslerías de adulto acongojado,
A cálculos de pequeño saltamontes.
Y, mientras, solo pienso en tu espejismo.
Haciendo juego, a lo lejos, con las olas,
Y perdiéndose en el infinito mar.
Sola, con la mirada perdida sin mi.
Y yo sin tu mirada.
Con el tacto pardo de la arena en mis manos,
Viéndola de escaparse con lentitud.
Y viendo que siguen pasando los años,
Y tu lado vacío sigue ahí.
Y mi lado vacío también sigue ahí.