jueves, 6 de noviembre de 2014

Si no sabes medir, no sabes de pares

Sonaba la campanilla en sus dedos,

Con un tintineo arrogante y delicado,

El firmamento rompía, caía sonado,

Por las ondas del eco al que retrocedo.

Nunca un pálpito llegó a tal enredo,

A cúmulo de tantos hechos inapropiados

Lo que fue con múltiples besos conjurado.

De la ilusión y la alegría me desheredo.

Los sonidos de amor lejanos y sus risas

Engañaban la conciencia del presente,

Cosiendo a mi costado tu mucha prisa.

Batiendo mis alas, cual otros disidentes,

Encierro en un baúl tus bellas niñas lisas

De muerte, sin favor, ni atrás, ni gradiente.


 

viernes, 24 de octubre de 2014

Metas.

Seguía queriendo morderte ahora que estabas lejana como un aroma en el horizonte, más allá de los cubos ajedrezados, junto a las acacias, pasando los huertos del alma y oblicua a todo camino de pescadores. Seguía queriendo morderte con fuerza.
Y toda una iglesia enterita pesaba en mi corvada espalda. La iglesia de tu sangre cruzándose con la mía entre mis dientes, con los tuyos. La pequeña cadena entrelazada de los seres humanos. Con la fuerza enorme de toda una creencia sistematizada que mana de mis fauces y mis fosas nasales: el hambre, hambre de distancia cuando estás lejos, hambre de paciencia cuando tienes prisa, hambre de ti que se guisa con paciencia en la distancia.

Y sigo queriendo morderte con querencia de “pa luegos” y, como bestia salvaje a pies de faraones y faraonas, me rindo y presto mi cuello a tus grilletes porque se que siempre puedo morderte, que me dejarás de buena gana derramar tu sangre por el Mundo. No fueron suficientes Isis y Osiris nunca, son siempre devorados por sus hijos.

Si el tiempo lo permite, se manche el Nilo de nuevo de rojo, con nuestras dentelladas, sin bombardear más las tierras de campesinos con carne débil. Todo ocurre en un dedal en la Tierra, lo mejor que podemos hacer es brindar por él. Nuestro yugo de una cosa muy convencional.

jueves, 16 de octubre de 2014

Chica Cicatriz

Posó en mi mano, en principio, como una pintura pirata, marca de cruz negra o esfera que me señalaba de por vida, corta ya sin ella. Se escabullía por mi piel suave como un zumo de naranja matutino, oscurecido por el cariz de la elección, denso como una sangre viva, vital y terrible. La tinta comía y comía versos de amor que comenzaban a convertirse en promesas; en figuras sólidas, lo que sólo fue sueño en vigilia. La tinta se posaba agarrándose firme a mi piel para poder hacerse.
De la mancha, pasó a insecto y ahora va mutando hacia pájaro. (Luego será mono y hasta res).
A medida que me tocaba, iban surgiendo las líneas, las sombras y colores de un Yo que era nuevo desde este momento, que tendía a mezclarse con esos trazos como si hubiera estado esperándolos desde siempre, una fatalidad más, que ahora encantaba como un tatuaje delicado en brazos de un malvado de pata coja. Su finura, su templanza, su constancia y sus colores claros, estaban convirtiendo a ese pirata en ave nocturna marina, en graznido solitario sobre las olas acercándose a los barcos iluminados, en una curva directa a un cubo rodeado de garfios y cabos, y repleto de alegría y libertad.
La poderosa marea de la marca nos había dado muerte, nos había marcado irrepetibles: faros, punto, suelo y más marca. De los dedos comenzaron a caer hilos de palabras que se habían dicho demasiadas veces, la tinta escapaba de mí para enseñarme a ver mi nuevo destino, el rumbo de unas manos que ahora eran sólo un lienzo hacia el horizonte de velas hermosas que tú habías adornado. No pensaba en ti, pensaba en mi carne, en mi libertad, en tu cuerpo, eres mi Chica Cicatriz.

martes, 9 de septiembre de 2014

Oh Poema

Cegó sus ojos en el círculo,
Espiral concéntrica de sus largos radios,
Con los que rodeaba
un aire de princesa en desconsuelo.

La habían llamado extraña,
Vivaz niña, ruedo de un pertinaz y largo
Desenmascare
De lo incrédulo.
Sabía andar sobre sus dos piernas de vértigo
Haciendo temblar a los ciudadanos
Y prestar miradas tiernas
Al más jodido
O perder el tiempo en el ensueño.

“No se ganan partidas sin pérdidas”,
Parecía gritar en cada poro.
Luz o lucha en sus ojos,
Me encandiló como a un reloj roto,
Aquí sigo, sin pausa y sin movimiento.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Nube. A Virgi.

Despertado a un septiembre nuboso, pongo mis pies al ritmo normal de tus sueños, vivo en tus zapatos de color amarillo, caliento el goteo persistente de agua desde la cornisa. Cayendo una y otra vez en tu circulo me veo cegado por las olas de calima de superficie.
El calor te hace lluvia cuando sopla un viento fuerte y estruendoso. Quieres nutrir árboles, plantas y animales a una y ahora parece que todo es posible. Y cantas, y elevas unos pendones blancos sobrecielo porque sabes que los colores están surgiendo allá abajo.
No hay error para la magia de esos ojos esmeralda de casino y fortuna. Iba pidiendo perdones y como un chubasco me empapé de tierra.
¿Qué mejor para una nube que un vórtice? Necesitaba ya el sabor acicalado del suelo que piso, tu tacto humano insuperable, vacas volando, tornillos y pétalos, envases vacíos de historias pasadas, besos, sobretodo besos en todo lo que se mueve.
Eres ric@, vuela,
pero no te apartes ;-)

lunes, 18 de agosto de 2014

Alegría

Y dejé volar de nuevo su sonido
Por ondas de mar y sal azulada,
Por seda fabricada con la humedad
Que viene del Este hacia mi casa.

Y me inundé con los gritos
Que no sabían por dónde escapar,
Y a mis ojos llegaron lágrimas
Que no provenían de un suelo.

La maraña se tejía tupida,
Vieja, esclava, inocente, intrépida.
Cada momento se agrandaba más,
Ya era una rejilla por donde mirar.

Una nueva muesca en mi carne,
Un trémulo resquemor al que volver
Como se vuelve a un vientre,
A una copa de vino tras años de sed.

Aquel sería un colocazo vertical
De enganche puro a lo irrepetible,
A partir de aquello me quedaba
Hacer carrera o ponerme a caminar.

Sé hincharon las velas y echó a volar.

martes, 1 de julio de 2014

Textos Presentes

Estimados visitantes, ahora estoy publicando con más asiduidad en la página Textos Presentes de Facebook. Les agradecezco que se pasen por allí. Sólo tienen que picar en el nombre a continuación.

Textos Presentes


martes, 18 de marzo de 2014

El Ego, con Jose Montoya.

Te puedo acariciar con sigilo si tu quieres. Y puedo besarte el cuerpo pero no estoy seguro que encuentre algo. Si lo que se hace alma bajo las chabolas de tus costillas al respirar te da un suspiro, llámame.
Estaré listo para acunarte, para darte todo lo que quede en mis pequeñas manos y mis grandes brazos. Te arroparé como madre. Como pequeño ente que acabas de llegar. Wellcome planeta Tierra.
Soy la comadrona de tus sensaciones. Tu espíritu indio, gitano, judío, árabe, cristiano, o lejano como el mar, será bienvenido a mi hogar donde todos somos una misma cosa, una continuidad sin fronteras posibles. Estoy para que nos hagamos más grandes tú y yo.
Yo y tú. En un jardín pasamos donde las flores se abren cuando la lluvia no cae del cielo sino de los huerfanos peces. Vamos a enfrentarnos con el espejo. No vivimos ayer, estamos juntos. No nos separara nada en el mundo, ni una fragancia ni un susurro. Somos familia desde siempre, mi niñ@ del alma, estás presente en todo. No olvidare tu risa que me interesa  como el rotar de una Tierra entre mis brazos.

Como el primer llanto al nacer ahora puedes respirar.

domingo, 16 de marzo de 2014

La trascendencia del peso es puro vicio.

Parece que el exceso es el único y veraz medio.
La única puerta hacía la defunción constante,
Verás que todo se regula y se pinta mediante
Las sustancias que aburren al insufrible tedio.

Hay personas que tienen paz y sin asedios,
Viven una vida sencilla y siempre adelante.
Yo he dado muchas más vueltas que Atlante,
Para olvidar el sufrimiento que comedio.

Agarrar el Globo, lucir a ninfas y héroes.
Cercenarme el paso por el peso, que me dan,
Que hace de mi espalda un vacío muy lleno.

Yo sigo, engañando al tiempo y a Hércules.
Bebiendo, respiro, libando sin ánimo de parar,
Con toda la maldad de saber que hago pleno.

-”Aguanta tú el globo”.

sábado, 8 de marzo de 2014

Diarios del Pirata IV

A veces se te desatan rápido los apetitos y la claridad se sustituye por un sostenido tropezar con una y otra piedra. Tienes tantas ganas de querer que no sabes qué quieres. El corazón humano que, por supuesto, nubla la razón, es de una gran potencia, de una constancia metódica con la que hacernos ciegos, como si nuestros ojos se nublasen por la gran cantidad de sangre.
Todos los días lo vemos y lo sufrimos, personas perdidas del karma por sus latidos, como si los ensordecieran. Y después de tropezar con unas pocas de piedras tus espinillas estarán heridas, estarás cansad@, tendrás mareos y parecerá que tu barca está en medio de la más furiosa tormenta.
No sé si hay un camino recto pero estoy seguro de que hay un rumbo correcto para lo que quieres ser y hacer. Y los barcos de los piratas a veces cortaban las olas aunque corriesen el riesgo de que toda la nave se deslavazara. Esas prisas, esos pulsos, esos impulsos si te llevan a la libertad.
Son exteriores y propios, lo interior muchas veces es ajeno al lenguaje del alma y mucho más propios de egos malcriados. Cuidad vuestra arma de destrucción masiva del equilibrio -benditas paradojas- tened cuidado con los engaños del corazón. Son mucho más peligrosos que ningún pirata.

¿Quién tenía razón?

Enciendo teas y me pongo a pensar que puedo encontrar lo más bello y más complejo, lo más sencillo y cordial en cualquier camino por el que pasee. Una simple flor puede ser imagen del conocimiento, del cosmos e incluso de la antimateria, como un queso gruyere.
Un perro puede ser un pastor y un asesino, un cascabel, una alerta o una musiquilla que anuncia buenos sentimientos. La Divinidad es grande, es de Perogrullo, pero también está en todas las cosas pequeñas, hasta en las pequeñas motas de polvo que revolotean con su caos y su orden una habitación llena de humo vegetal.
El otro día me hicieron ver que perseguía a una Proserpina apunto de convertirse en ramas y hojas, en pequeñas cúpulas para las gnomos. Un sueño visceral de lo grande. Una mujer que ande carros y carretas y siempre tocada con bellos adornos. “Una diosa, buscas” me dijeron. Cosa que no se puede encontrar. Persona que vivió en la mente de Apolo para convertir sus dones en su fuga, los dones que le daba el Poeta con su interés. Los dones que ella tenía por haberse visto la más bella aunque fuera a los ojos del dios Sol.
Pero Proserpina se convirtió en árbol. Árbol bello e insigne con todas las virtudes que le habían regalado los versos susurrados a las simples esferas, para poseerla.
Apolo creyó que ella era la perfecta pero lo divino le hizo ver para su pena, sin rencores, que sólo quería ser árbol. Estar quieta y permanecer incólume. Ni las manos más tersas le valían, ni los rizos rubios más escandalosos ni el calor más perenne. A veces la elocuencia, la presencia y las formas angostas, conjuntadas, asustan. Y a veces lo completo no quiere reclamos ni conjuntos ni acuerdos.
Nosotros persistimos, insistimos o desistimos.
Yo desisto, -no como Apolo-, desisto de idealizar, de ensalzar, de perseguir, de buscar lo que se hace imposible y más bello a mis ojos sin reflejo posible. Quizás haya margaritas que se conviertan en amapolas. La Divinidad es fuerte, es implacable, es irracional pero se deja entender si eres capaz de cambiar los modelos que te han dado.
Si te partes los vestidos pide que empiecen a vestirte de nuevo para empezar, -para cambiar de flor. Y para recoger flores y quedar bien, además, hay que ir bien vestido.
Apolo lloró junto a su árbol amargamente por perseguir la perfección, quizá el truco sea perseguir el “defecto”, lo destinado, lo que cambiará, quizás y poco a poco, para convertirse en la más bella flor desde la sencillez, desde lo cordial, desde lo que parecía imperfecto. El problema es que el mundo se va haciendo menos simple, poco a poco, y la sencillez no está al alcance de la mano. Sencillez es entenderlo y aceptarlo todo.
Por mucho que desista, y no busque, me temo que acabaré como el dios llorando bajo un árbol aromático después de haber cantado tanto al cielo como para recorrerlo mil veces. Un pagano, poeta, bohemio, soñador, loco y místico dónde coño va a encajar en esta sociedad “racionalizada”.

lunes, 3 de marzo de 2014

Políticas de Austeridad

Todos conocemos el mercado de los diamantes un poco. Los diamantes son de forma pura carbono que bajo condiciones de alta presión en el interior de los estratos terrestres, y principalmente en la chimeneas de kimberlita, cristaliza en esa hermosa piedra que una vez tallada vemos en las estanterías de las joyerías del primer mundo.
A pesar de lo que podamos creer los diamantes son bastante comunes, en la Tierra hay toneladas de ellos o incluso en los Mares a la deriva.
La posición de mercado de la industria diamantífera es clara. Han monopolizado su distribución, la distribución de diamantes -que está únicamente en sus manos. Así hacen creer que su producto es exclusivo, extraño, casi inalcanzable.
Esto sube los precios y redunda en unos pocos beneficiarios que son los dueños de la industria, los fuckin masters of the universe.
Así la hija de puta ésta, lagarta, de la Cristina Lagard hace lo mismo con nosotros.
Las Políticas de Austeridad, como en el mundo de diamante, hace menos accesible el dinero a las masas, lo hace más caro, impide su distribución entre las masas siendo los recursos más que suficientes y sobrantes para que regaláramos diamantes cada vez que nos cortáramos las uñas.
¿Y todo para qué?. Pues igual que con los diamantes, para favorecer a los dueños de este tinglado que no se quienes son. Ahora los banqueros centrales son sus instrumentos para esclavizarnos. Orwell está cerca.

sábado, 1 de marzo de 2014

Al sacrificio

Cobraba con buenas monedas sus palabras,
Encandiladas por un genio afín de sobresalto,
Engañando de continuo y con dulces fastos
Al soñar de poesía, sueños y abracadabras.

Era mago, genio, pobre tirado y feliz cabra,
No encontraba la comprensión en lo largo,
Ni en lo ancho, ni en la vida de sus años.
Era un cadáver que, en vida, se apalabra.

No temía muerte, ni escarnio, ni falacia.
Amaba perdido de toda razón y consuelo.
Y sabía que sus monedas no eran dinero.

Estaba más solo que el uno en la infancia
Y quería con viveza su cuerpo en el suelo,
Su palabra era tiempo y su alma, carnero.

A Paco de Lucia

                           Tú que no enseñaste a escuchar,
                           Tú que nos enseñarás a vernos.

Llora la espuma del mar en la bahía,
Con cuerdas y trastes llenitas las olas,
Con flamencos en la ribera y palomas
En la plaza festejando su sal y sus días.

Del estar solo y de tocar madera vivía,
Como un santo rodeado de caracolas,
Hacía paso en el silencio de mil colas,
Con el fuego de unos dedos que rugían.

Y ahora la bahía llenita de tus trastos,
Llora al maestro, al padre, al jerarca,
Que era, de esta ciudad que sabe a astro.

Su luz será nuestra paz y nuestra arca,
No se acaba lo que deja un vivo rastro.
Y esta marea te hace hoy estrella y barca.

Disfruta de tu paseo después de una vida,
Apoteósica, Lucia, rueda, navega, por sencilla.

viernes, 28 de febrero de 2014

Llamada a la esperanza

Para viajar a nuestra primera contienda quizás hubiera que remontarse al fuego de nuestros primeros ancestros, al borde de la hoguera contándose historias unos a otros, haciendo propaganda de los que creemos que son nuestros conocimientos, nuestros anhelos son los que hacen el camino de la vista las mil y una veces, nuestra memoria está muy confundida por nuestros deseos desde el comienzo de los tiempos, es esencia de ella misma.
Recordamos lo que queremos y cómo lo queremos. Si desestimamos los estados de gracia, cosa totalmente necesaria para una sociedad de la mediocridad. (Estamos en un periodo muy cercano al de acartonar a cualquier visionario en un palo de ciprés. A cualquier visionario social).
Así desde el principio han existido las diferencias parciales entre el grupo, unas salvables, otras no, todas iniciativas de movimiento en pro o en contra del parecer de uno u otro.
La comunión en estás sociedades como en todas llegaba con la transmisión de conocimientos entre los diversos sujetos, las puestas en confrontación como decíamos o en acuerdo, que como comunidad, grupo afín, con unos intereses comunes, nos llevará a un diálogo que nos construya una idea general de por donde se guiará el grupo, la pareja… hacía un bien común.
En los albores del tiempo se escucharía a los viejos de contar los mitos y antiguos conflictos que servirían de consuelo, de reflejo hacia una ética del deber, de conocimiento remanente.
Con todas estás condiciones idílicas el hombre supo organizarse de forma muy productiva. Hasta colmar el globo con casí siete mil millones de habitantes y convertirse en el dueño de muchos registros de conocimiento que lo cambian hasta a él mismo, que desechan en gran parte la parcialidad de conocimiento que se nos había brindado durante los últimos 4000 años.
Por ejemplo el trabajo de 2000 y pico años en Occidente del hombre con el melocotonero, ya no vale nada, pues estoy seguro que la industria genómica ha desarrollado un árbol nuevo, no sé si natural, aberración o simplemente ántropofacturado. (Espero que cuente con más cianuro en su hueso). Que no sabemos que puede suponer para nosotros ni para el planeta, pero, y sólo estoy poniendo un ejemplo, con la cantidad de medios de comunicación que tenemos porque no lo charlamos al rescoldo del fuego.
¿Todos hemos olvidado en esta espiral de caos kármico hacía la “diligencia” del ser humano lo que es sentarse con los iguales -todos somos iguales- al calor de un fuego a plantearnos qué es de nuestra vida?. ¿Qué es de nuestro entorno? ¿Cómo podemos actuar de forma más sabia? ¿Quedan viejos que no estén agotados de si mismos después de esta existencia valorada en cosas, en espacios y riquezas y no en personas?

Estamos en el momento en que la comunicación puede llevarnos a la desinformación y a la guerra, o en el momento en que podemos crear las comunidades más sólidas, mayores grupos de presión, PAÍSES VIRTUALES, masas críticas con el poder de cambiar las cosas; aunque parezca una sandez podríamos hacer más presión que los lobbys que nos gobiernan hoy en día. Hoy más que nunca todos necesitamos ser seres políticos, filosóficos, comunicadores brillantes, críticos feroces. Ahora mandan los que tienen la moneda y no los susurros más audaces ni la mejor entonación -tenemos que hacer la guerra.
El talento es hoy más común que nunca pero, el compromiso, apatía y desinterés. Ya es muy difícil escuchar una historia que nos estimule, nadie quiere ser un héroe o hacer cosas por lo demás sino tener mucho dinero. El valor se ha corrompido como sólo podía ocurrir en este sistema que hemos diseñado, inhumano como tantos otros, antinatural como pocos y seguramente efímero. Todos, lo único que buscamos es una celda propia bien decorada…. Es propio entre gente muy inteligente pero no muy sabia. Lo ideal son las voces y no las certezas y seguridades.
Ya no nos gobierna esa ensoñación maravillosa que nos acompañaba cuando mirábamos el fuego pero tenemos muchos recursos y son muchos siglos de magia en nuestras mentes para que eso se pierda. Para que desestimemos a quienes sean “guardianes del fuego”. Yo intento hacer chispas con vosotros pero lo único que espero con impaciencia es que nos metamos al fuego todos juntos. A charlar y ser hermanos con el condicionamiento de grandes compañías.
Si olvidamos hacer nuestras premisas contemplando la potencia absoluta y junto a los que queremos, ¿qué mierda estamos haciendo?.
Y otra pregunta: Ahora que la ciencia empieza a toparse con el mundo espiritual ¿volverá el hombre, la mujer, ha encontrarse con el mundo espiritual, volverá al menos a encontrarse con el pensamiento -lenguaje del alma? ¿De qué forma será? ¿Quién tiene capacidad para guiarnos? Y otras, si nadie se dedica a emprender camino por nosotros, ¿tendremos voluntad de encontrarnos con nosotros mismos, para unirnos, o preferiremos la evaporación por la sobredosis del fuego, al que ignoramos, que nos está predisponiendo la historia?.

viernes, 14 de febrero de 2014

Poetas en peceras de ciudad

No tengo monedas para corazones usados,
Ni me quedan palabras que sean elocuentes,
He gastado y bebido de cada una de las fuentes
Que daban a mi vida la factura de probado.

Pienso de largo en la muerte y en su alado
Carro que me lleve de nuevo a nuevos afluentes,
Pero es cobarde y demasiado tranquila mi mente
Para vivir en corriente con mi ánimo desatado.

Veo, creo, puedo, pero nunca me veo y certifico.
Soy un solitario entre los pobres y solitarios,
Una mente callada; nunca quiero y testifico:

Diablo pobre que no tiene falsos breviarios
Nunca ganará una prueba de las que intensifico.
Las personas quieren mentiras y abecedarios.

Yo sólo soy aquello que veo y simplifico.
Así se pierde el terreno en cualquier terrario...

lunes, 10 de febrero de 2014

Mapa Geopolítico

La herrumbre blanquecina de mi semen en la acera…
Estrellas, estrellas.
Tuvo que esperar la limusina
A que nos acomodásemos la ropa.
Íbamos demasiado mareados
Por los martinis secos en la terraza del Caesar Palace.
La verdad es que la idea de hacerme una paja
Camino del coche para que luego follara todo el camino,
Fue de ella.
Yo que llevaba guardando aquel tesoro
Dos semanas para ponerla chorreando,
Para convertir aquello en un místico bautizo,
Estelar, carismático, un principio de conciencia
Que deseaba ella más que yo.
Su entrepierna ya cosía fuego
A las braguitas durante la cena.
Supongo que debe ser un gran delito
Masturbar a uno por la calle en Vegas.
No se puede beber en un coche,
Tampoco los acompañantes.
Raquel me agarró el cipote
Y mientras se ponía el abrigo
Lo sacó y lo acarició con sus suaves piernas.
Debían estar grabándonos 150 cámaras,
Pero el abrigo era de vicuña.
Parecía mi primera novia, aquella de joven
Que tenemos todos en el recuerdo…
Que le daba por hacerlo en el recreo del instituto,
En la puerta de los baños,
En la playa ante una decena de pescadores.
Al final acabé nudista….
Quizá mi naturalidad fue lo que hizo
Que mi abrigo largo bastara
Para que no nos descubriese ningún pervertido.
El Caesar es grande, mi corrida se quedó en la acera,
-Casi caigo de bruces,
Después de dos días en cama,
Raquel me devolvió a mi bello entorno
Con un maletín de fichas de cien
Y las mejillas llenas de carmín.
Como si fuera un puta lista para atracar
O el diestro funcionario de un gobierno perfecto.
Yo que no pienso volver a Vegas.
Quizás todo esto sea una metáfora de lo que será de Estados Unidos.
De lo que nos dio,
De lo que nos dejará,
De lo que nos ha utilizado.
Las estrellas se desvanecen en la acera en muchísimas ocasiones.

Ciencias Sociales para un Loco

Me levanté como cualquier día,
dispuesto a dar un bello paseo,
Abrí los ojos dispuesto al careo,
Y empezó a sonar esta melodía.

Respiré hondo y miré al mediodía,
Se vislumbraba el mural blanqueo
De las nubes sobre el azul cielo.
Entre los susurros gotas de alegría,

Se inspiraban junto a un pozo,
Rodeado por unos cuantos asnos,
Perros, zorros, loros y acróbatas.

No levan circo alguno del gozo.
Seis posturas para un ganso árbol
Que no deja que amanezca nunca.





http://open.spotify.com/track/3k9qjgu8zVKTEuJVJIYyc0

miércoles, 5 de febrero de 2014

Paráfrasis al prólogo de Afrodita de Pierre Louis. Éste es mi amigo Jose Montoya

Era alto, delgado y vestía con el gusto exquisito de un gitano señorito francés del XIX. Naturalmente bueno, sencillo, generoso, impresionable, altivamente desprendido -hasta el colmo-, piadoso. A veces ruin consigo mismo, y muy apasionado. Amaba la música y la sexualidad, idolatraba la fantasía y era diestro en todas estas artes. Su norte fue siempre la belleza y la simpatía. Suavemente epicúreo, en el mejor sentido de esta palabra, supo unir los goces físicos y los espirituales en purísimo lazo, en un único agujero negro -o en varios.
La sensualidad - decía- es la condición misteriosa y creadora del aupamiento intelectual y personal . En su alma grande de artista, el idealismo y el sensualismo mezclados abrieron la flor de su misticismo tanto más ardiente cuanto más humano, tanto más vivo cuanto él menos se daba cuenta. Vivir para escribir, realizar siempre la belleza y el colmo, tomarla como guía y como fin, rendirla culto apasionado -como a un perfecto culo de Rip Curl- , ser su sacerdote, pensar, ver, contemplar, amar cuanto era digno de ser amado y penetrado; hasta el lirismo y la pasión: tal fue su ideal, su sueño constante.
Queriendo así un espíritu elegante ante todo tipo de olores a humanidad, y profundamente helénico, al mismo tiempo es hondamente cristiano en lo que esta palabra entraña de puro, sencillo, fraternal y humano -inmejorables complicidades para conocer las caras ocultas de la Luna. Se caracterizaba como él mismo hace notar por la violencia de su entusiasmo y por la serenidad de sus contemplaciones. Sus contemplaciones eran austeras porque él ha vivido muchos más de dos mil años pero su entusiasmo y su condición sólo se pueden resumir en una palabra -a falta e Primitivas-: Esplendor.

domingo, 2 de febrero de 2014

La Realidad, en la trastienda

Nuestro protagonista de hoy se llama Carlos. Carlos es un arquitecto muy prometedor que en el suburbial mundo de la crisis para los licenciados trabajaba en un despacho colectivo de profesionales. Se juntan como las ratas, intentando no saltar del barco que se va a pique. Son los pocos que reflotan esto con un esbozo de creatividad entre la insolente mediocridad que nos rodea, entre las aguas arremolinadas que se llevan incluso a los más fuertes, los otros ni hablar.
La Tierra se está acomodando a un nuevo equilibrio de riquezas y poder y resulta que parece que tenemos que ser los ciudadanos quienes lo paguen a costa de sangre, sudor y lágrimas. Toda gran fortuna medra mientras se realiza este acoplamiento, que es lo más curioso.
Pero no hablábamos de eso. Carlos se había despertado temprano aquella mañana y era una mañana de invierno. Con más bien poco calor en la atmósfera y un grado de humedad aceptable para cualquier alérgico a la polución de las ciudades. Un buen día para un Madrid sin lluvias desde hacía meses. Donde el humo de los coches e industrias ya es un microclima singular que se cuela de forma cruel por las narices de los niños. A veces creo que debería estar prohibido criarlos en lugares como éste. Si prohíben el tabaco que prohíban también a los niños en las ciudades, que todos tengan que mudarse al campo. Se ahorrará mucho dinero en el maltrecho “campo” de la sanidad física y mental o espiritual.
Aquella mañana fría Carlos tenía un encargo. Iba a visitar una carnicería que necesitaba de unas reformas en el almacén, la trastienda; se iba a pertrechar de nuevo la fachada con ciertos adornos y se iba a reformar por completo el mostrador y la zona donde se despachaba a los clientes. Podía ser un encargo de cierta relevancia y de bastante provecho para el despacho. La carnicería tenía ya unos años pero la zona de Madrid donde se encontraba estaba cogiendo algún caché. Y si en la Metrópolis adornas un poco el asunto puedes vender mierda de perro que la comprarán tan a gusto y a un precio desorbitado. Es lo que tiene el tener Metrópolis, creen que con su dinero o su tendencia pueden hacer algo importante, marcar tendencia en los territorios limítrofes. Mientras existan, existirá la falta de igualdad entre ciudades, entre ciudadanos. “Metrópolis” suena a eso: a medida para las otras Polis. Y hay que meter en nuestras cocorotas que cada Polis tiene su forma, su idiosincrasia y debería tener sus leyes, gobiernos y costumbres propias.
Carlos no pensaba en nada de esto mientras viajaba en el metro. Mientras leía a Nabokov pensaba en estructuras, molduras, eficiencia de los materiales, posibilidades logísticas….En la pura realidad era un gran profesional de esos que en España se tienen que ganar la vida por cuatro duros por querer vivir en España. El paraíso de los mediocres que pernoctan en Metrópolis. Coaccionado por los equilibrios de “valores”, que afectan al pueblo, hay que joderse.
Llegado a la carnicería lo recibió un hombre de unos 45 con camisa Burberry de cuadros y pantalones de pana. La carnicería estaba cerrada porque ya habían empezado algunas reformas en el sistema de fontanería. Pero Carlos sería el encargado, con suerte, de llevar todo el proyecto.
Paco, el dueño de la carnicería, había hecho algo de dinero importando carne sin certificación de irlanda y ahora quería tener un establecimiento que diera cuenta de sus parabienes, que fuera un ejemplo de elegancia para los ciudadanos del barrio. Quería incluso poner hilo musical para comprar la cadera de res muerta mientras meneas la tuya, que debería pensar él. Era un tío bastante poco fino en todas sus formas. Un cateto de Metrópolis con bastante suerte y un par de cojones para no tener muchos escrúpulos. Ahora es como hace 2000 años. Él que es capaz de abrirte el vientre, va a ser el que triunfe. Si además lo hace mientras brinda con vino por su fortuna, más propio. ¿La rebelión del uno por ciento?.  Jajaajajaj.
Le mostró los enrejados que estaban en un pésimo estado y la zona de expendeduría. La mente de Carlos comenzó a elucubrar cómo hacer de aquel medio-antro un parking de Chueca de las entrañas, los codillos y las morcillas. Paco se sirvió un vino dulce de una botella que tenía tras la barra en un vaso de esos antiguos y ya roídos por el uso -”Ya son las 11” apostilló, y dijo: “Pasemos al almacén que hay está lo gordo”.
Carlos siguió al dueño y entraron. Debería ser Lorca en Nueva York para poder describir lo que vio Carlos, lo que sintió. Ese aire inflamado de sangre, las vísceras y los huesos en cajones, los cerdos abiertos sobre una mesa como si fueran a empezar a parlar, el frío repentinamente se convirtió en un calor putrefacto. Tuvo el tiempo justo de salir a la puerta para colmatar sus nauseas en la acera. Entonces levantó la vista, un poco avergonzado, y sobre los enrejados, un gran cartel rezaba: “CARNICERÍA METRÓPOLIS”

jueves, 30 de enero de 2014

Sabios a la Providencia

El menú del chino era de tres platos a elegir. Uno de ellos debía ser arroz tres delicias y te lo servía una especie de momia coreana con el delantal medio caído y sucio. Era un barrio popular. Ingesto de humo de castañas asadas y con cuponeras vendiendo la fortuna por cada esquina.
Por algún motivo había tocado aquel antro. Tras la barra un chino bastante circunspecto y con bigote y gafas de sol de los ochenta vigilaba en todo momento los movimientos de la coreana que compró hacía seis años -con la que ya tenía un hijo- y el benjamín de su hermano que lo habían traído desde china en un contenedor de relojes y transistores.
El mundo se estaba globalizando y no había remedio al tráfico de personas, sobretodo si ellas estaban tan a gusto. “Es más fácil enseñar a una persona a comer mierda que a un perro a comer lechuga” fue la primero que dijo tZú antes de sentarse a la mesa y viendo el panorama -después de veintiséis siglos su perspectiva había empezado a cambiar.
Pluto, que así lo llamaba tZú, había llegado a las mismas conclusiones: “Todos estaban equivocados”.
Después de veintiséis siglos seguían conjurándose los mismos prejuicios, los mismos juicios simples -vacíos de ideas- que nos llevan al derrotismo común. “Un perro acaba comiendo lechuga” dijo.
Los dos que habían sido alcaldes en el cielo de los desestimados habían pensado de largo y mucho, con ideas, sobre lo que era un buen gobierno. Pero veintiséis siglos después y en la Bajadilla se hacía patente, por donde comían, que ya los asuntos materiales y reveladores del buen gobierno, no era lo que les iba a importar.
Ni siquiera el buen orden del pensamiento, ni siquiera el equilibrio o la benevolencia los llevaban allí.
TZú pidió un plato de arroz tres delicias donde aviso que la tortilla estaba hecha con tiras de celulosa sobrantes de un secador industrial de una fabrica petroquímica del sur de la provincia de Hainan. De entrantes pidió un fideos calientes y de segundo una ternera al curri, -él siempre quiso traspasar fronteras.
Nuestro amigo con nombre de perro flauta -nunca mejor dicho- se decidió por el arroz, unas olivas que pidió con descaro a la camarera coreana, la cual, después, y a pesar, de vivir ya trece años en España, no sabía de lo que le hablaba. Pluto pensó que se estaba quedando con él. Pero el chino de las gafas de sol se acercó al bar de viejos y tintos que estaba puerta con puerta para agradar a su cliente. Como él de la barra del bar El Trancazo estaba en ese momento pasando unas posturas de polen a los niños del barrio, su mujer le dio al chino unas olivas que llevaban allí un cuarto de siglo. “Menos mal que los encurtidos aguantan”. De segundo pidió un cordero al jengibre sin tener nada claro que en aquel garito supieran tampoco lo que era un cordero a no ser por las preferencias sexuales del cocinero.
De forma decidida tZú y Pluto tenían poco interés por la comida. Tomada la comanda por el benjamín con una libreta roída, había otras cuatro mesas en el garito. Tres vacías y una con una pareja joven de unos 16 años que se veían completamente enamorados. Irían allí a hacer la cena romántica que les pagaba el padre fontanero de el chiquillo y la madre de ella que limpiaba escalereas cerca del puerto- lo tenían pensado desde el martes.
TZú y Pluto los miraban con cara entre complaciente y contrariada, no quiero saber si era por lo que iban a comer.
Al final llegaron los platos y ambos se pusieron a comer en silencio como si comieran maná, como si estuvieran agotados por un largo viaje o si la comida se estuviera sirviendo en un banquete real. Con boato y corte tZú se atusaba las puntas de los bigotes con la servilleta de papel ya manchada. Pluto parecía más ensimismado todavía con cómo funcionaba todo.
“Después de veintiséis siglos, todo sigue igual o peor” Pluto preguntó “¿Para qué tanto sufrimiento? ¿Para qué ser cabeza, encontrar cabeza, si el cuerpo está podrido” tZú le preguntó si se refería a la comida. Pluto le respondió: “Yo llevaba cadenas pero me aseguraba que otros también la llevasen. Y que fueran cadenas suaves como una buena frase”. tZú dijo: “Las jerarquías lo son todo, tú lo sabes. Por mucho que hayamos luchado nunca seremos todos iguales”.”Sí, porque ya llevamos visto que hay muchos que prefieren ser ignorantes” tZú dijo: “No lo habría dicho a mis pupilos así pero esto es la providencia y por eso tú y yo comemos hoy aquí”. “Ya no quedan costumbres ni ideas que nos valgan una República… ¿A ver dónde nos manda mañana?”

La llamaban Libertad

Allí estaba yo, entretejido con sus guantes
de hacer costuras a las redes del Marino,
Sin poder salir de puerto y sin ver el camino
Por el que volver a los derroteros de antes.

Aquella flor había sido haba entre gigantes,
Puente de albura a mis textos alcalinos,
Mentira en mi pecho a los fuertes y más ladinos
De entre todos mis borrachos navegantes.

Solté vientos, viré palabras y sandeces
Hacía su silla de dulce estaño y luz de luna
Con la esperanza del que ve que ya perece.

Y con el último hálito de uno sin tribuna
Ella partió hacía el mar que la rejuvenece.
No era mía ni suya. Era viento, sal y duna.

Una voz más en el silencio

Me matan los ardores que desconozco por qué me suceden. Me hacen estar más pegado a mi esófago. Más pendiente del infinito interior de cercanas sensaciones. Todo es infinito desde dentro. Desde dentro nos colman los dolores o las alegrías o los miedos. Pero nos colman.
De igual forma cuando pensamos desde dentro, cuando una de nuestras intuiciones es nuestra propia, ni prestada, ni correspondida, ni reflejada, demuestra una fuerza que tenderá a condicionarnos mucho más.
Desde dentro es más fiable aunque algunos sean sordos por distintos problemas hasta de sus más primarias intencionalidades, hasta a sus más rutinarias potencialidades.
Yo ya sabéis que aconsejo empezar a pensar desde la más absoluta desnudez, quitarse todos los trapos para intentar encontrar el origen de tantas cosas: de nuestro genio, de la misma persona, de la fuerza -desnudo hasta perder la cualidades. Vencerlas luego de nuevo. Volver a tener todos y cada uno de los tropiezos de la niñez. Para aprehender el todo has de hacerte música, todo, absoluta nada. Simple compás con la existencia, reverberancia con las estrellas, uno con los animales. Para algunos locos y otros genios y santos está más al alcance, está en su carrera.
No se puede pedir a la gente que sea más natural o que vea más para adentro sin demostrar que vivir de forma más natural y más hacia dentro puede ser muy positivo. Y es difícil hacer entender que tener unos ardores puede ser positivo para tu estado de pensamiento. Pero como han dicho muchos sabios la enfermedad es un tipo de consciencia. Imaginad la desnudez qué gran estado de consciencia puede ser hoy que tenemos tantas cosas.
Hablemos por ejemplo el factor sensitivo. Mirándose por ejemplo sin cosas, sin ropa, sin casa, ¿es mayor tu poder?. Es evidente que habréis entendido que estar desnudo puede suponer mucho dolor, entramado con una enorme libertad. Vivimos una existencia de esclavos. Sobretodo cuando todo el mundo hoy vive con muchas más capas que una cebolla. Prejuicios, perjuicios, juicios, tendencias, intendencias, querencias y complicidades. Es un mareo auténtico la cantidad de colores que podemos percibir hoy, y poseer, pero no tener ni idea de qué color es el que vestimos nosotros a cada momento.
Colores o calores, como siempre, creo que ha sido la publicidad -toda la tele, en lugar del fuego y la palabra- y los discursos políticos lo que ha terminado de mandar al traste nuestro dominio de los apetitos. Una por pegar cada vez más fuerte con impulsos cada vez menos significativos o por pulsar la tecla demasiado. Los discursos políticos porque pierden para la cabeza toda referencia hacia el interior de las cosas. Hacía el sentido real de lo que nos domina. Hemos perdido los “buenos” ejemplos.
Ya digo por repetición y falta de oportunidades y permeabilidad social. O por incompetencia pura y dura. Por enteros de corrupción, por falta de buenas palabras, por la desaparición de los discursos que lleven a algún tipo de honradez.
Yo ahora podía preguntarme pensando desde dentro ¿cuáles son los ejemplos que tiene ahora los jóvenes o los niños? ¿Cuál es la proporción de personas que salen en los medios o de nuestros dirigentes que dicen verdades de corazón? ¿Cuántas tienen principios salidos desde esa desnudez, cuántas no están sobornadas por sí mismas o por otros? ¿Cuántas no sufren conflictos de intereses por el mismo hecho ya de participar en un plano televisivo? ¿Qué valores nos venden?
¿Estáis tristes o cabreados? Pues yo tengo ardores y, como la vuestra, mi vida sigue llena de mierda. Y, a veces, muchas, me siento afortunado. Eso pensaréis vosotros pero si os estuvieran retorciendo el esófago también os pondríais a pensar en cosas como éstas. Cosas de interior mezcladas con todas las gilipolleces que aguantamos cada día.
Recordad yo ya estoy casi desnudo, vamos a desnudarnos todos a ver qué podemos hacer con nuestras libertades conscientes y con nuestro sexos y verdades al aire. Yo tengo mucha paciencia y me siento muy solo. Pero creo que una sola voz en el silencio se escucha más.

martes, 28 de enero de 2014

Virtudes.

Beber siempre y nunca estar borracho, tomar mil ciento cincuenta sustancias para seguir normal. Follar pero nunca enamorarse. Hablar, e inmiscuirse siempre en la dialéctica. Tener principios para llenar una goleta de historias de piratas y mentir a cascoporro diciendo siempre y de forma única la verdad.
La verdad es lo único que me importa. La verdad y follar, pero eso es un impulso antropológico. El arte es la única segunda cosa que me importa porque consigue decir verdades directas mintiendo por derecho, con la forma y con todo el sentido de un sabio presagiando o un poeta respirando.
La tercera única cosa que me importa es la amistad. Porque lo puede todo. Porque consigue lo inesperado y hace que lo improbable también se convierta en verdad. Porque entre PARES, entre iguales -dando igual las monedas, las tristezas o los embrollos- se consigue conjurar las sinergias para que todos seamos lo que somos en cada una de nuestras vidas. Porque para mí los nexos son eternos, complejos, hilados desde el principio de los tiempos.
Desde el calor primero del Universo se han escrito de ellos en sus distintas partículas creando uniones, creando energías que tienden a encontrarse. Como un entramado químico o atómico. Nosotros no somos distintos.
Llegados a este punto aparece la dualidad pero eso sólo es un reflejo de la existencia en su propio espejo. Una descoordinación de momento y lugar que no tiene sentido. Somos puta y caballero, somos duros y frágiles como un junco. Somos mentira y somos una gran verdad.
Como dimensión nuestra cualidad es la pequeñez y nuestra integridad palabras o actos tan circunstanciales, tan cominos!!….Pero tan importantes como que esta dimensión sigue siendo la garantía de que existan las otras -todas deben existir solapadas. Que el pequeño valor o coraje o audacia o sustancia que demostramos en ésta da pábulo a las otras y en las otras ocurren otras cosas que condicionan hasta a la mujer del panadero.
Y en esta dimensión es en la que más se “juega“. La vida, la Tierra es un lugar increíble. El exterior está tan lejos como debe estar porque todo interior parece que parte, no de su núcleo, sino del núcleo de cada uno de vosotros. Lo somos todo desde que percibimos.
Ya sabéis que yo os considero a todos vosotros -listos y tontos- tan importantes como Sirio o el Sol. Sois una parte estudiable de nuestro Cosmos desde que este nació. Sois sustrato del Divino, sea lo que sea éste que no se suele comprender.
Ya sabéis mis cinco más preciadas virtudes: el equilibrio, la sinceridad, el arte, la monstruosidad y la conciencia. El hombre moderno no se fija en ninguna de ellas sino es para vituperarnos.

domingo, 26 de enero de 2014

En busca de un sinfonía. Reflexión por mis 35

Un hada buena, un hada grande, un hada cálida, la cantinela de dos alillas revoloteándome la cabeza a cada instante. Una merecida costumbre del hombre que por sana debe ser que yo no la practico. Un hada sola, una misma hada, ¿dónde volarán alas que toquen mi oído? ¿Dónde habrá narices mágicas que entiendan las varadas calimas de este aliento?
Ya tengo 35 y empiezo a plantearme que algún día tendré que conformarme con algún susurro. Difícil cuestión venderse caro en épocas de crisis y encontrar fortunas sin monedas que brillen y alboroten los cielos. Que se muevan y vuelen con la agilidad precisa.
Ya casi 70 le comentaba hoy a mi padre en tono burlesco. Y llevo quince años buscando a esa dama de los aires que yo tenga ganas de calentarme la cabeza con sus cosas.
Es complejo, -los que me conocen lo saben-, que mi espalda encaje bien en otro torso. Me evade Aristófanes con sus gracietas y sigo buscando entre la multitud un corazón que también esté tan roto, tan rápido y tan vivo a la vez.
Yo, en mi paroxismo habitual de pensador, tampoco hago nada por buscar encontrar un equilibrio del que gozan las multitudes. Siempre me acerco a quien se me acerca. Y tengo mala suerte, aunque crea en el karma. Espero que esté escrito que encuentre en los siguientes años una ilusión de esas extrañas que te completan de alguna manera. O que más bien te enriquecen.
Sólo será posible si yo creo que cumple con Aristófanes. No pienso ser ningún cordero ni ningún lobo. Pero me cuestiono si en esta vida habrá una titánica mujer para mí o si mi soledad ya se me ha pegado demasiado a las costumbres y en este enorme mundo virtual no haya esa determinada frecuencia que prolongue la música que ya suena en mi vida.

jueves, 16 de enero de 2014

Historietas de un paseante orientado

En Las Palomeras crían gallos de pelea en carritos de la compra volcados. Se levantan temprano los gitanos para darles el pienso y comenzar el entrenamiento. Les pulen los espolones con limas y los acicalan.
Ciertamente es normal que en una barriada con un 80 o 90 por ciento de paro se vean obligados a crear entornos de competitividad. Allí todos tienen la vida resuelta aunque parezca mentira. Unos venden droga y otros, los menos, son currantes raspaos o pasan tabaco de contrabando.
No es una de la barridas del Campo de Gibraltar donde el tabaco este más de moda. Allí se fuman otras cosas desde por la mañana y los viejos se mezclan con los jovencillo canis, cada cual en sus bancos aunque todos se conozcan.
Un día un viejecito de estos me daba indicaciones.
En Las Palomeras nadie paga el agua ni en la práctica la electricidad pero tienen unas teles de plasma cojonudas, frigos de dos puertas y Volkswagen Golf con equipamiento deportivo. Los niños se pasean los días entre semana en sus Quds y todo el mundo, casi todos, van en pijama -sobretodo las mujeres.
La barriada se levanta tarde y se acuesta tarde. Tampoco pagan comunidad en los bloques así que aunque los pisos estén cojonudos por dentro, las escaleras y los portales son del aspecto de una Praga en plena guerra.
Las personas allí son también muy amables, un poco combativas si sientes miedo, y escuchan flamenco a toda pastilla desde las once de la mañana. Hay cucarachas de las pequeñitas en las casas más deterioradas y yo le he pagado el desayuno a algún que otro niño de las familias que están peor por honradas o desafortunadas.
Allí se ven las criaturas que comen un mendrugo de pan y un vaso de agua para desayunar y quien come angulas en nochevieja pero todo el mundo es muy discreto y no soportan un insulto ni en lenguaje coloquial. Y no se alteran cuando entras en sus casas aunque la mayoría no te deja cruzar ni el portal.
Los Junquillos para eso son mucho más amables: pueden estar desmontando un coche o embolsando pastillas que entras para dentro con total cordialidad.
Al final, con el tiempo, estoy seguro que todos me dejarán entrar en sus casas. Si me sentara con cada uno y tuviera algo más de autoridad en mi trabajo estoy seguro que todos, o casi todos, estarían encantados de que se les mirase el contador.
Cuando te dedicas a entrar en las casas de las personas hay un truco fundamental: hazlo como si fuera tu casa, no mires los detalles y no te asustes por nada. Es como un perfecto pasaporte al mundo de los gallos.
Yo, cuando vi que los criaban, pensé que ellos mismos serían mucho más gallitos. Y llegué a una conclusión: en su espacio a la gente le gusta vivir con amabilidad. Pocos sitios hay donde se estén gritando todo el día o te abran la puerta con mala cara. Y si se están gritando y llega “el del agua” se calman un poco. De lo que me siento orgulloso.
Llevo cuatro días de vacaciones y ya se acaban y estoy seguro que muchos habrán echado de menos esa sombra iluminada por los reflectantes para que no lo atropellen los coches.
Virgen de Lourdes la echo de menos, la hago poco. Siempre echo más de menos estás barriadas de personas del pueblo que te dan la mitad de su mendrugo de pan o te hacen rebajas en el ego y la dichosa clase.
Yo digo como esa canción de Los Delinquentes, nada tengo que ver con los bigotes señoriales. Esos muchas más veces son gallos de afilado espolón. El hombre cuanto más tiene más quiere y por lo tanto menos infeliz es.
En cambio en barridas como ésta se escucha cantar a las mujeres por las mañanas, se los ve cómodos con sus zapatillas de andar por casa. O los jóvenes están más que contentos con sus trapicheos y unos porritos en una esquina que esté limpita.
Luego hay un montón de señores y señoras de barrios altos que no se acercan como personas ni a un cuarto que estos “pobrecitos”. ¿Quién es más feliz? ¿Dónde está el bienestar? ¿Quién aprovecha más su vida?
¿Y los que están mosqueados todo el día por este o aquel asunto? No aconsejo criar gallos, ser dueño de un corral es un trabajo muy costoso. El hombre siempre desea el poder o el reconocimiento. Y ¿dónde está el reconocimiento para estas personas que viven como pueden y quieren y son felices?
Nada. El Balón de Oro se lo tenían que haber dado a Juanito el Golosina que es uno de allí que lleva un chupa chups tatuado bajo la cintura y siempre le pega un hostiazo a la pelota de los niños porque le toca los huevos.