domingo, 28 de julio de 2013

Uróboros

Cominos al viento como todos los días. De suma importancia me engaño con mi larga pipa roja de humo denso. Con mis ventanas azules cielo y mar. Y los lunares perdidos de tu espalda. Los sueños se fueron detrás de una imagen ficticia, de un efecto, de una falta de defectos.
Y nace el poeta encadenado al ambiente de mi casa. Hilando, hilvanando, como la araña que crío todos los veranos. Pero mi mente está fija en un desconsuelo, en una resurrección, una falacia más al mundo de las dimensiones virtuales.
Vivimos la verdad más grande dentro del mundo de las pequeñas mentiras. Todos publicamos al instante una figura infusa de nosotros. Todo queda para luego, y lo fue todo hasta llegar al punto de decir “ahora”. Somos pequeños y salvajes y la vez más torpes que nuestros propios habitantes.
Bruto siempre supo dar puñaladas a un saco de gusanos como nosotros a un pozo seco. Siempre una puñalada. Al ciprés y  a la pimienta, al candado y a sus reservas de agua. A todo tipo de arañazos en el escorzo de un cuerpo y una palabra.
Quiero callarme cuando hablo a una imagen casuística. A quién le hablo. A quién le hablas. Qué muerdo. Conciencias, caricias y colas que me dan en la cara como si fueran grandes penes. Penes benditos que dan la vida a la vez que la quitan. Los penes de todas mis vidas. !Tanta Vía Láctea¡. Mucho semen del dulce y del amargo que te enseña a ser un chiflado dirigente.
De forma exacta éso: un chiflado dirigente... "Dirigir una chifladura" siempre fue uno de mis deseos desde que conocí a Fellini.

sábado, 20 de julio de 2013

El volador y las fronteras

Como una trucha en aguas frescas y limpias. Salpicado por las motas negras de las ondas del viento en mi piel de aguas. Llega el verano y abundan los mosquitos, las moscas, abejas y hasta libélulas y alguna chicharra descarriada.
Voy moviendo mi cola de cuerdas por la corriente no lunar de este río de aguas vivas que es esta tierra “surcada”. ¿Cuándo aprenderemos a vivir?. La mosca, el sedal, el cesto. A veces pensamos….no, pensamos cuando nos cazan. Somos vertebrados de aguas calientes o frías.
Parece que la multitud del río piensa cuando se detiene la corriente. Somos seres de poca memoria. Tanto reírnos de tal o cual defecto del prójimo sin ver nunca que ocurre con nuestras aletas. Ni siquiera las piernas sirven para caminar sin saber observar y ser trucha lista.
De la que distingue la mosca por bien que haya sido tejida por el pescador.
Una mosca, demasiados hilos y sólo suena una música. Me gustaría que mis congéneres no fueran peces, ni moscas ni chicharras. Pero es tan fuerte la corriente como lo fue siempre. Y los misterios de la superficie indescifrables para un pobre carángido, un salmónido o una simple doncella.
Ven al hemisferio derecho del cerebro, toca la cualidad Delta en armas de tomar, -que se te agarrarán para echarte abajo-.
Hoy tampoco pesqué ninguna mosca. Sólo sé cantar a la superficie cuando aparece un pez volador. Y salir al mar, hace divertidos movimientos que me marean.
Estoy estudiando y tengo intención de solucionarlo. Me tiraré a las olas a ver que me enseñan, prefiero la asfixia por sal a la asfixia por aire. Y el volador parece una presa importante.

Hay que ser feliz.

Un día me encontré en un callejón ruinoso, oscuro e incómodo. Había allí un restaurante pequeñito. Ahora no recuerdo si esto me pasó en Roma o aquí en mi Tierra. Se pasaba por una cocina bastante limpia a un patio posterior donde unos palets en las paredes hacían de asiento a unos tiestos. Unas bombillas dislocadas abrían un tragaluz elegante en aquel patio de adoquines -no recuerdo si de piedra o de mampostería.
Un camarera canijita y pequeña, sin acento a pesar de parecer extranjera, servía las 7 o 9 mesas. Un señor largo y concentrado daba vueltas recogiendo los platos aunque se intuyera de pleno que era el propietario. Una señora ancha y poco discreta estaba a los fogones dando voces, y una venezolana que hacía de pinche iba fregando.
Es evidente que no tenía mucha lotería ganadora.
Llegué confuso, un poco perdido por la ciudad. Con ganas de comer, comido de sustancias estupefacientes. “Un vino, Cati, un blanco cualquiera” Mi italiano es regular también y con los paisanos tampoco me hayo. Ya dicen, no hay profeta en su tierra. Menos en su familia, digo yo.
Los profetas son cosa curiosa. No tiene ninguna gracia saber el futuro aún cuando sea para bien. ¿Quién podría decir?. La comida nunca me ha hecho feliz. Ni por muy sibarita que sea. Hay cosas mucho mejores. Siempre recuerdo al Beato, -ya Santo-, Alonso de Orozco que comía dos nueces al día y dormía sobre sarmientos en su etapa de purificación.
Purificación, profetas, manías, comidas y chicas “conocidas”. Nada tiene mucho sentido. Todo es de un absoluto sentido. Pero el devenir corto, el lujo del instante te lleva a estas cosas.
A veces se puede predecir, otras ingeniar, otras calcular, otras verlas venir, pero lo más importante de todo no hace falta que lo diga. Que cada uno encuentre la felicidad con los suyos. Y él que no tiene es porque no lo merece. Y el que miente para tenerlo se quedará sin nada.
Al final se acabó la sangre en tomate.

viernes, 12 de julio de 2013

Misiva presta y encandilada a Don Paco de Lucía, Gran Paisano

Rumba de Estrecho, astilla de barca, sangre de marea de levante espumoso como el vino. Humedad y vendaval en los dedos, como canutos verdes de la Sierra andados por cochinillas de colores.
Grandes aplausos corean al Maestro tarantulero de la vida misma de mi soñada raigambre. Coros de voces que adulan al siniestro, al comillas de Aranjuez, al que no vive aquí. Sino en Mallorca o Maiami.
Me da igual. Pero por qué no me parece ya tan monstruo, por qué no entiendo no vivir en un impás de lodo y cenizas, de vientos, de verde inmaculado entre los terrenos de acero, de puro miedo de cangrena de no poder salir del boquete.
De reír. De encabritarse. De hacer bulerías. Canta niño. Canta.  Y dile a sus niñas que vuelvan a tomarse una copa en el bar, a reír con los paisanos, a practicar vicio, a soliviantar una madera delante de cuatro niños.
Paco, Paquito, Paco, Un saludo al más Insigne Hijo de la desdichada tierra de este poeta.
Que ahora mismo, como Tú aprobarías, está de juerga con tu música y le espera una morena de Torres y bellas sustancias de colores. Por eso me quedo con tu ARTE infinito pero aplaco mis intenciones, y acabo, que todo es acabar.
Tira pa cá y llámanos, en los Orígenes siempre está la verdad (aunque no te lo parezca)¡¡¡¡¡¡¡¡