domingo, 27 de diciembre de 2009

Algeciras, la bella

Negando los tiempos.
Una puta me sonrie
desde su esquina.
Y mientras un borracho de espanto
me escupe sus flemas
a los pies.

Y yo sigo fumando
por este sur del sur
colmado de desengaños.

Negando los tiempos.
Atrapado entre un farol,
y los esquemas engreídos
de poder dar mas para mas.
¡Vaya colmo!
Vuelvo del mas allla
para encontrarme con vosotros
en un barrio sucio y terciario.

Negando los tiempos.
Aburrido de ti.
Cansado de esto.
Dadme cianuro con vodka
que acabe con una sonrisa burlona
que os abra el apetito.

Y la puta me guiña su ojo
desde su lejania
de frutas y sabor.
Y el borracho sigue junto a mi
esputando sus palabras
a un pozo negro y ciego en su fondo.

Y yo sigo fumando
por este sur del sur
colmado de caricias pobres,
infectado de olores a puerto y cañeria,
oscuro como los interiores
de un armario dieciochesco.

Tengo palabras para ti,
cariño mio,
me gustas,
con tus pestes y borracheras,
con tu gesto torcido,
y tus escirros trazados con sal.

Y sigo fumando por aqui,
por este sur del sur.
Buscando tus ratos.
Amando un espejismo.
Sin luz.
Queriendo seguirte otra vez.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Poema 93

Del torpe sentido, de claridad y risas,
Del amor profundo, del azar lanzado,
De la incostante sonrisa de un alado,
Que no tiene momentos; de breves miras.
De desconsuelos, y esperas podridas,
De pulsos confundidos, y agasajados,
De tormentos y palabras, dulces esclavos,
Y de alegrías, y consuelos, y hartas prisas.
De ratos llenos y vivos de sutil dulzura,
De besos encaramados, y caricias inconclusas.
De bellos albores que dan luz a mi vida,
De reclamos absurdos, e incontinencias.
De amor profundo, con vil consciencia,
Soy esclavo de tu boca, y de tus miras.

viernes, 30 de octubre de 2009

Papel Moneda

Mordido por mil áspides intensas,
Cercado por sus muslos inquietos,
Ahorcado por mil bocas de fuego,
Trepado por mil escamas de menta,
Su poro ciego de contacto de seda,
Su sonido sordo con eco de miedo,
Su dulce, y rápido, y mortal veneno
Que toca mi cuello y sacude mi cabeza.
Estás cerca de mi piel y mi espina,
Cubres mis cabellos con tus aceites.
Envenenas mi sangre, que esquiva,
Arde por tu boca sin vanos ni lamentos.
Con las manos sucias por ti, sierpe,
Sigo persiguiéndote por el centro.
Y te llevo cosida a mi pobre cuerpo,
Con la fuerza de no tenerte siempre.

jueves, 29 de octubre de 2009

Poema 91. Oda

Nazcan las notas de lirismo
que acercan tu corazón al entero,
que lo hacen sentirse
en un eterno vacío,
y esconden la palabras
que anidan en tu cuerpo.
Eres un istmo,
que conectan tus ojos.
Que arrecia tu oído.
Que colma tu espanto
de soledad e infinito.
Eres una sustancia eterna
de sentido atávico.
Eres una pequeña luciérnaga
que alumbra
lo que le das a tu vida.
Y tienes en tus encimas
el sentir de toda una historia.
Te iluminan,
muchos tiempos y sentidos.
Están en tu carne marcados.
Y el amor y lo auspiciado
por tu alma,
a veces, abstruso,
y complicado,
se vuelve simple.


LLeno tu corazón,
vacío tu espanto.


Para aupar con cosas firmes,
pero efímeras,
tus exultantes pasos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Soneto. Horario otoñal absurdo

Dicen que el cambio otoñal de hora
Es para ahorrar la deseada energía,
Que por las mañanas se consumiría,
En vuestros trabajos y vuestras cosas.
Para levantarse y que, como una rosa,
Luzca y brille el sol de todos los días.
Pero pronto se hace noche y resumida,
la jornada, se ve, al trabajo y sus cosas.
Vas a casa oscuro, sombrío y lunático,
Con las estrellas posadas ya en el sueño,
Con la mirada en el nuevo día de trabajo.
Yo querría disfrutar el sol cuando salgo,
Ser de nuevo, de horas diurnas, su dueño.
Y no ver que nos hacen otra vez esclavos.
Con este horario ahorran las compañías.
Mientras nosotros en la casa pagamos,
Se quedan con nuestra luz, con el dinero,
y con nuestro día.

martes, 27 de octubre de 2009

Mentes preclaras, desastres infinitos.

¿Puede que pese
Esa insólita teoría,
Que Einstein defendía,
De la tectónica de placas?.


¿Puede el polo moverse
Por diversos motivos,
Por el movimiento de la estela,
Los cambios de la esfera,
En defensa de la naturaleza?
Todo tiene su respuesta,
Se suceden los terremotos
En el circulo de fuego.
¿Qué sería del polo,
Si el norte se desplazara,
Como dicen que sucedió?
¿Puede pasar de forma
Repentina ?
Eso dicen algunos sabios
Que en la tierra ya pasó.


Si el polo acabara en Chicago,
¿Cuanto sol haría en Algeciras?
¿Cuánto hielo cubriría
Sus cabezas?.
¿Cuánto el mar
Cambiaría su trasiego?
¿Cuánta tierra
Ganaríamos,
Recóndita y sumergida,
Y cuántas almas
Se perderían?
¿Y qué espacios helados,
Derrumbarían ciudades
Y borrarían caminos,
Y encontrarían paso?.


Seguro que es otra entelequia,
Insustancial,
De cerebros preclaros.
No podemos imaginar
Tal catástrofe.
Ni tales cambios.
¿Llovería, alguna vez,
Tanto en la tierra?.


Pasaran los años,
Y lo mas extraño,
Sería, que el norte,
Acabará, por ejemplo,
En Chicago.
Pero ¿Quién puede decir,
Cuando dicen,
Estos sabios?

viernes, 23 de octubre de 2009

Soneto de buena mañana. Caridad

Mi principal problema con los demás,
Es mi ausencia notoria de conflictos,
Ellos quieren verlo siempre distintos,
y, a mí, todo se me aparece igual.
No sé, de esta constante maldad,
Si sacan ellos en claro estar vivos.
No sé si todos esos injustos motivos,
Les regalarán a su vida algo de verdad.
Otra circunstancia de esta discordia,
Es que piensan en si mismos y por los otros.
Y yo conmigo mismo tengo de sobras.
Luego está el poco respeto a la memoria,
A la palabra, a la mirada, a los otros.
Y yo soy respetuoso hasta la impertinencia,
Hasta el silencio estúpido y la incontinencia.
Porque te veo, y nos veo, grande, a nosotros.

Night Live Madrid Abstracion

Me canso de mi mismo,
Me agota mi solipsismo,
autista,
Cuando no alcanzo
Las frutas de los árboles.
Me pierdo y me desoriento,
Caigo en fatigas matutinas,
Me preño
Con el desconsuelo
De no tener un terreno
Donde plantar mis raíces.
Y sin embargo sigo riendo,
Y festejando estos pasos,
Que son tan tristes e inciertos.

Me pierdo buscando un tiesto,
Por la terraza,
Soleada, entre las nubes.
Miro las macetas, y veo rosas,
Que no ve nadie.
Tengo plantas perfumadas,
Que solo conoce la brisa.
Y hay pequeños árboles,
De ramas talladas,
Que solo dan sombra
A mis gatos.
Y solo, a ratos,
Encuentro un verdor
Por una cabellera.
Una mirada.
Unos pasos.
Un carácter.
Una voz amiga o delicada.

Y, ahí, sigo,
En la terraza,
Mirando al horizonte ávido
De encontrar tus formas,
Y tus fórmulas.
Temeroso de perderme en tus curvas,
Como en una telaraña,
Y deseando, a su vez, que me devores,
Y mates este atávico destino,
Que se sucede lento,
Sin tus cosas.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Poema 86 de Flores Marchitas

Sigo buscándote, entelequia,
Sensación de página en blanco,
Torpe reclamo de mi corazón,
Imagen soñada inexistente.
Sigues siendo para mí un lago,
Una superficie de agua muerta.
Rodeada de altas montañas,
Nevadas, de picos aciagos.
Escondidos entre las tinieblas,
Y las nubes de un mapa,
Sin coordenadas, ni referencias,
Sin cotas , ni carreteras, ni horizonte.
Eres un paisaje silencioso,
Una palabra que no sale
De los labios, una promesa
Que se lleva el levante,
Un cabello no llegado a mi cama.
Eres solo una entelequia vana,
que torturas insistente mi cabeza,
Y solo vives en mi arte.
No sé si seguir y esperarte,
Siga siendo motivo de locura,
O de belleza.

Tiempos modernos 2

 
 
Llegaron las ansiadas lluvias,
Para llevarse el polvo
de nuestras cabezas.
Porque como los árboles se vuelven locos,
Con estas estaciones tergiversadas,
Igual, con tanto calor,
Puede que acabásemos todos locos.
Es un misterio
Qué pasará en nuestra conciencia,
Pobladores de esta tierra,
Cuando cambien las estaciones.
Cuando Europa sea un trópico,
¿Qué será?.
Cuando Andalucía sea desierto,
¿Qué será?
Habrá que acabar con los tópicos.
Pero si el calor trae homicidios,
Y maldades,
Como parece que los trae
Cualquier condición extrema.
Si los árboles no saben,
Cuando perder sus hojas,
Quien nos dice que en nuestras copas,
No habrá agrios bebedizos.

martes, 20 de octubre de 2009

Poema a cuatro manos con mon amic Cete

El sol no es tan grande hoy,
Tampoco son tus besos,
Los de alguien sediento,
Que quiere empezar a beber.

Permíteme que te acompañe,
Esta vez, en el sentimiento,
Ahora que necesito volver,
Que necesito verte cerca.
Sentir esas copas de tus besos
Tan dulces como eran ayer.
Y sentir tus brazos abiertos,
Abrazando cálidos mi pecho,
Cuando no oíamos el después.
Cuando solo había rosas
En el camino mullido y raso
Que andaban nuestros pasos,
Cuando empezamos a beber.
Esas copas vivas y trémulas
Que me saciaban de las cosas.
Que te olvidaban del tiempo.
Que se elevaban como luz al cielo.


El sol no es tan grande hoy,
Tampoco son tus besos,
Los de alguien sediento,
Que quiere empezar a beber.


Vivimos muchos destinos,
Acompañamos cientos
De sonrisas y cuentos,
Con el corazón henchido.
No pierdas ahora mis brazos,
No olvides ahora mis versos
Por el mero hecho de abrazarte,
O de verte distraída, y yo quieto.
Vigilando la cadencia
De tus movimientos.


Quizá el sol no es tan grande hoy,
Es por tu luz y tus besos,
Seguiré estando sediento,
De ese alcohol que en tus labios
Expides a los vientos,
Y celoso de cualquier aire
Que se acerque a tus extremos.
No puedo olvidar las copas
Que compartimos juntos.
No dejo de ver tu perfil
En las esquinas del espejo.


Quizá el sol no es tan grande hoy.
Es sólo por tus besos.
De tu luz estoy sediento.
Y tú no me das a beber,
Más que besos ciegos,
Y oscuros de lejanía.

lunes, 19 de octubre de 2009

Ser espiritual

 
Hay que sacar la religión de las manos de los hombres,
Y que la lleven de nuevo en sus cabezas y corazones.
No huimos de la religión, huimos de las formas y nombres,
Que esos hombres, que se dicen de dios, dicen que dicen,
Y pregonan que saben, y sermonean y asustan y fingen.
Sólo quiero hacer una única y fundamental pregunta,
Tú que te llamas agnóstico, ateo, incrédulo o pasota,
Desde que naciste a la tierra, ¿ no se te presentó nunca,
En el caminar errático de la vida, en su carrera loca,
El sentimiento de amor, la evocación de la belleza,
El paisaje del firmamento, o el recuerdo de la conciencia,
No se te presento vibrante un nuevo nacimiento.
Y no se presentaron temores, y alegrías, y coincidencias,
Y necesidades en tu sino, tu suerte y pensamiento?
Quizás creas saber algo de alguna cosa todavía imprecisa,
Pero te digo, que si asientes, puede que la lleves prescrita.

domingo, 18 de octubre de 2009

sábado, 17 de octubre de 2009

Haiku

Viene amapola,
Roja, eterno fuego,
Lleva semillas.

Haiku

Vivo tu frío,
Poderoso invierno,
con presión.

Haiku

Existen brisas,
El calor de verano,
Lleva las olas.

Haiku

Te quiero cerca,
Canto al esquivo otoño,
Sin más poesía.

Poema 77

Me han dicho que eres una chica difícil,
Que no te rindes ante el primer palomo
Que arrulle a tu costado y con antojo
Se acerque a tus alas para rendirte.
Que tienes un verbo fuerte y contundente
Para quitarte las flores de los hombros
Y dejarlas caer al suelo, sin socios,
Porque no te interesa lo que te cuenten.
Me seduce tu carácter frío e indómito,
Me seducen tu falta de palabras, solo,
Cuando no me haces caso. Me perturba.
Tu silencio es como un aura rojo,
Que se posa sobre la bahía en otoño.
Y mis ojos a tu frialdad se turban.
Quizás te dije cosas que no eran ciertas,
No todo lo verdaderas que quisiera,
Ni tan bien dichas como a tus oídos debía,
Pero ten en cuenta, y tenme paciencia,
Lo decía, sin confundirte, para que sintieras,
Que de ti, sin saber cómo, me siento cerca,
Y que en mi corazón otras no había.
Te contemplo desde hace mucho tiempo,
Nunca imagine que te hablaría,
Pero ahora que esto está hecho,
No puedo renunciar a la algarabía
Que sin motivo albergabas en mi pecho.
Me gustas, está dicho, con tu silencio.

viernes, 16 de octubre de 2009

Los restos del Humanismo. A Camille Claudel

Qué hay del arte y la cruel demencia.
Beber del insano cáliz de la locura.
No hay artista sino hay feroz tortura
Que extreme su forma, y sin clemencia,
Sin que haya oídos para audiencias,
Deje en paz su espíritu para la cura.
Tranquilo entre la gente y la espesura,
De esta sociedad de la impaciencia.
Son distintos, piensan, callan y meditan.
Y muchas veces pierden su bella cabeza,
Enredados en esperas necias que irritan,
O en sensaciones tardías que se enquistan.
El arte nace de la absurda y real rareza.
Y si no lo entiendes, mejor no insistas.
Tendrás otro sino.( ) Aquellos consiguen
Formas, momentos, cadencias y sentidos,
Mas allá de lo que otros viven y persiguen,
Para hacerte vivir con estos motivos.
Y eres afortunado, si no estas condolido,
Porque esto no se paga, se gana, ni es firme.
El resumen, tus trastos y engendros de tortura,
Y los dolores incipientes de tu cordura,
Cuando no alcanzas nunca a lo que sigues.
Porque aunque persigas el humanismo,
alcanzas la humanidad, y no es lo mismo.

jueves, 15 de octubre de 2009

A Santa Teresa de Jesus en su dia.

 
Enfermas y locas y erráticas poetas,
De versos trémulos y ojos renacidos,
Con siglos eternos se ven poseídos,
Cuando sólo sufríais cargas y tretas.
Ahora tenéis derecho, y sentís fuerza,
No hay que encerraros, ni viviros
En la castidad, ni es pecado sentiros,
En vuestra condición llena de grandeza.
Puede que sea lo mejor que se vive
En estos momentos, oír sus voces,
Secas y tapadas, durante tantos años.
Encontrar sus naturalezas y encantos,
Sentir en sus palabras sus penas y goces.
Y sobretodo, ver que lo que sobrevive,
Al pasar triste y confundido de siglos,
Solo es el fruto de vuestro vientre,
Sea pluma, sea idea, sean padres, o hijos.

Poema 74

Cuando vuelvas a contestar, latirá
De nuevo mi poesía. Te añoro.
Oigo allá tu latido de eco sordo.
Pero me pierdo, ¿Dónde estás?.
No sé si pasará y tardarán
En darse cuenta tus poros
De que te acepto como el loco
Acepta su locura y su verdad.
Que me martirizo y me atormento,
E intento escaparme y huir,
Pero en mis labios no hay lamento.
En mi mente me siento cuerdo,
Hasta que te veo, lejos, de partir,
Y me agarro, fuerte, a lo poco de mí,
Que, sin ti, encuentro en el espejo.
Verás. ¿Cómo me dejas así?

miércoles, 14 de octubre de 2009

Mudanza. Para Irene

Trastos viejos llenos de antiguos recuerdos
Afloran por todas las esquinas de mi casa,
Lecturas empolvadas y cosas prácticas,
Que voy envolviendo con lentitud y esmero.
Siento ya de muchas cosas ese desapego,
Con la habitación diáfana llena de cajas.
Se van diluyendo los ecos de las carcajadas
Que un día llenaron donde sentía mis huecos.
Ahora vienen a mi cabeza nuevos aires,
Dominan mis pasos un impulso nuevo,
Tengo nuevas cosas que querer y alcanzar.
Me mudo. A nueva casa, a nuevos bares.
A nuevas formas de volver a hacer lo viejo.
A hacer, de nuevo, poco a poco, un hogar.
Pero lo cierto es que sé que no tendré tiempo,
Para nada, si no encuentro la ansiada libertad,
Y mi libertad es ser tu vecino y tu siervo,
Y no sé si vivirás y andarás por esta ciudad.

martes, 13 de octubre de 2009

Babel. Experiencias Fílmicas 2

Mil caras que te dejan el corazón angustiado,
Mil espejos donde nos reflejamos gota a gota,
Mil caminos que hemos paseado, solos y solas,
Cuando la incertidumbre es estar acompañado.
Miles de paralelos, y un tiempo acompasado,
Que nos engaña con una distancia que se agota.
Miles de ojos donde se perciben claras y rotas,
Las penalidades y los infortunios, los pesados
Azares de la condición sorda del ser humano.
El paisaje al que todos hemos visto y nacido.
El temor en muchas de nuestras circunstancias.
Buscando colores mientras vienen a despertarnos,
Mientras se van las cosas y la vida sin olvido,
Adentro todos somos solo una única sustancia.

domingo, 11 de octubre de 2009

Sin fiesta, sin chica, sin pasta....sin consuelo

He perdido otra noche soñada,
Se me fueron de nuevo las risas,
Se me escaparon para siempre, lisas,
Muertas, sus furtivas y vivas miradas.
Pasaron los bailes de mis hadas,
Sin que mis ojos agarraran su brisa.
Marcharon mis copas con prisa,
A la salud de otros que si estaban.
Hubo tientos, roces, caricias, suspiros.
Hubo sexo explicito en rincones.
Hubo amistad, palabras y conocidos.
Sonrisas adulteras, y, muchos, cocidos,
Cantando a la noche bajo los balcones.
Y mientras yo aquí en mi cuartelillo,
Echando de menos al mundo y sus ratos,
Pensando que sólo necesito tus trastos,
Y a pesar de lo que creía, no soy tan pillo.
Ya no tengo las intenciones de un chiquillo.
Y aquí me veo. Solo, triste y colocado.
Me sobran las palabras, y faltan asociados.
Y me como mis encantos y mis brillos
En la orgia de esta soledad autoimpuesta.
Impuesta, porque no salgo, y te encuentro.
O porque el oro, que no es todo lo que cuenta,
Te deja, a veces, quieto, parado y sin respuesta,
Y tus palabras no valen nada, ni tus aciertos.
Estás solo, sin consuelo, y los demás de fiesta.

martes, 6 de octubre de 2009

Palabras crueles

Gracias a las palabras crueles
También se mueven los músculos
De tu cuerpo, y si te hacen moverte,
irás con seguridad a algún sitio.
Quizás no puedas reír, y verte,
Con comedia, en estos términos.
Entonces has de ser mas fuerte,
E insistir consciente en tu persona.
No hay nadie que pueda hacerte
Con sus palabras ni expectativas.
Ni pueden los desengaños dolerte.
Eres una persona total, y sigues viva.
Mírate, y al final, te reirás sin vanos.
Y harás de lo cruel, injusto e indeseado,
Ramos de flores para embellecerte.
Así, será tu alma diestra. Y, el amo,
darás, con gracia , un capotazo,
a la cabronada que vuelva y se te acerque.

Inspirando

Porque quedaste parada al lado mío en silencio,
Y sentí tu piel en el roce amigo de tus brazos,
Y hoy tu voz como miel derramando por tus labios.
Y tus ojos bellos de una diosa de oriente.
Los fijaste en mi aunque fuera de forma breve,
Bendita sensación ser visto por los que ves.
Como si se abriera el cielo en la feroz tormenta
Me calmaste, me sentí arraigado, y estabas contenta.
Como siempre no oí de ti una mala palabra,
Ni he encontrado nunca en tus ojos un reflejo
que no valiera la pena, y mil cofres de oro.
Pena es no tenerte siempre a mi lado cosida.
Pero creo que en el destino que pinta el espejo,
En el que se mira a los otros. Tu eres mía,
y yo soy tuyo, aunque pasen feroces los años.

lunes, 5 de octubre de 2009

Poema 7

Y sé que estas cerca aunque no estés a mi lado,
Y sé que tu corazón no podrá resistir mis embates,
Porque no hay fuerza que pueda con lo que siento,
Ni habrá posibilidad que te arrebates a mis encantos.
Tendré para ti la savia que recorre los árboles,
Los pájaros inundaran el cielo para hacer tus tocados.
Y secaré los ríos para que no se mojen tus pies,
Ni dejare que toquen tus vestidos las ramas de la ciudad.
Tendrás conmigo la libertad de la que gozan las diosas,
Que miran por quien quieren si miran por los suyos.
Y serán todos tuyos los halagos que una mujer pueda recibir.
Pues si con lo que me suscitas, no me niegas y me aceptas,
No habrá montaña, ni dios, ni viento o tempestad,
Que pudiera ya acompañar siquiera a mi alma,
Y me harás tan grande y poderoso y, tal titán,
Que ya te tendré pegada con fuerza a mi espalda.
Y, tu y yo, andaremos por las estrellas, a una verdad,
Que vas mas allá del firmamento y del habla.
Y los ríos, los caminos, los pájaros y las montañas,
Y todo lo demás, se rendirán, humildes y hermosos,
Al encontrar dos formas que se complementan,
En un solo cuerpo, con tanta luz, gracilidad y vigor.

Poema 18 de Flores Marchitas

Vuelven a sonar los silbidos
Que atrapan mi odio en el presente,
Que me hacen un ser indolente
Por no enfrentarme a lo que se ha ido.
Es un problema que tengo ha tiempo,
No tengo corazón en el olvido,
Es ser tan fuerte un pecado sabido
Y es para los que viven el momento

Ellos prefieren que transites como un tonto,
Y que llores y sientas como caen
Las cosas en el saco roto de Caín,
Yo no tengo tiempo. Estoy roto,
yo también.
Pasaron los momentos calidos
De la juventud. Se fueron al orto.
Pasaron, como pasan otros,
Los años para mi corazón hundido.

Hubo tiempos en los que fui hombre
Con corazón fuerte como el roble,
Pero me hollaron como un trasto
Que no encaja en ningún sitio.

A veces, soy serio, me enquisto,
Puedo dolerte, como una lagrima frágil,
A tu alma perdida, detrás de un ágil
Cosmos de cosas sin registro.
Tiendes a pensar que todos se arrepienten,
A creer en un justo destino,
Pero no hay mas, cretino,
Que la justicia de los que no se mienten.

Hubo tiempos en los que fui hombre
Con corazón fuerte como el roble,
Pero me hollaron como un trasto
Que no encaja en ningún sitio.

Tenemos las conclusiones claras,
Estoy mas solo que el rey de los egipcios,
Que tenia que hacer a los dioses propicios,
Y no besaba mas que a su gata.
Tendré tiempo, si no me atan
A la pata de una mesa para ser mascota.
Pues no tendremos mas fuerza que una mota
En el aire embravecido que se desata.
Nadie hará por ti nada,
Mejor que vayas con las cosas claras,
No hay personas que, en un momento, no valgan nada.

Hubo tiempos en los que fui hombre
Con corazón fuerte como el roble,
Pero me hollaron como un trasto
Que no encaja en ningún sitio.

Ahora soy yo el que tiene suerte,
pues con el corazón hundido,
Soy mas fuerte que el olvido,
Y estoy mas vivo que una fuente.

viernes, 2 de octubre de 2009

Poema 70

Que suerte tengo de esta lujosa ventana,
Podium olímpico de la hermosa bahía,
De la baja y humilde y sabía Andalucía,
Que nunca es, ni será, ni ha sido, casquivana.
El mar de un azul soñado para las manzanas,
Y el ímpetu innegable de su errática brisa,
Y los innumerables buques que sin prisa,
Guardan a sus marineros, mientras danzan,
Bajo este sol clemente de la melancólica Algeciras.
El trasiego constante de su gran puerto,
Llega a mis oídos como un lejano rumor,
Que no cesa nunca, que levanta el rubor
En las mejillas cálidas de los despiertos,
Y ociosos como yo.( ) Que vamos mas lentos
Que esa horaria e imperturbable mudanza,
Con que los hombres trincan las aceradas lanzas,
Para mantener viva esta ciudad y su verbo.
Y el aroma dulzón y solaz de los pinos,
Que viene a mi pupitre con verde de palmera,
Y las construcciones coloniales inglesas,
De cuando cazaban por aquí los hijos
De Inglaterra, con sus perros y sus niños,
Haciendo feudo de nuestras tierras y ruinas.
Aquí, desde la muralla, de esta mina,
Que fue la Algeciras milenaria. Con brío,
Tantas veces molida, hundida y quemada,
Observando los barcos de recreo y la ensenada,
Y el cielo, y el horizonte, y los riscos,
Creo que todavía existe la esperanza,
De que vuelvan otros tiempos a este sitio,
Cuando éramos capital, y destino soñado.

No me jodas

Yo no juzgo a quien no me jode,
No me importa en que emplees
Tus palabras, si no me hieres.
O si eres poco delicado o torpe.
Todo tiene remedio, si no me jodes.
No tendré para ti palabras crueles,
Ni miraré cuantas doradas pieles
Llevas, ni cuanta dulzura, al orbe,
Prometes. Te mirare justo y claro,
Límpido como una bella mañana,
Antes de salir el sol, en verano.
Y veré tus caras y tus perfiles raros.
Pero mantendré enfundada el habla,
Siempre que no me hagas extraños.
Pues he descubierto que, con los años,
observándote, aumento mi templanza.

jueves, 1 de octubre de 2009

Experiencias Fílmicas

Y desde la quinta puñeta de distancia,
Disparó su pistola de mierda con certeza,
A romper las sonrisas, y sus vidas, en tristeza,
De los corazones que nadaban en abundancia.
No llevaban largo tiempo en concordancia,
Sus prisas se aunaban con alegría y ligereza,
Sus pasos parecían encaminarse con presteza
A un pasar juntos de una cordial abundancia.
Pero llegaron las balas desde el otro lado
Del canal, surcaron rápidas en el denso aire,
Y febriles y certeras le alcanzaron el costado.
Y lo convirtieron, de rosas vivas, en un puñado,
De quebrantos y estertores, de penas frías, y loables.
Y ya no quedo tiempo para besos ni para abrazos.
No hubo futuro en los ojos aleves, ni en los brillantes,
y, la ciudad, con sus sueños, hizo su letargo,
Sobre el pasar sencillo de estos instantes.
Dos enamorados en el mundo, y en el arte,
Son sólo el polvo del que se impregna lo amargo,
Y, a veces, se lleva, cruento, el viento, sin pensarlo,
Lo que a todos nos parece mas bello y constante.

martes, 29 de septiembre de 2009

Poema 66

Ahora que ya no te llevo dentro,
Me pareces tan pequeña y tan lejana.
Perdida en la sutil jungla urbana,
Ni siquiera siento el poderoso centro
De gravedad y el hastío de recuerdos
En los que te mostrabas fría y vana.
Ni de tus formas siento ahora ganas.
Ni me pareces tan bella como el viento.
Ni llegas a mis recovecos como antes.
Eres para mi una sombra en la noche.
Y ahora ya no estoy ciego para mirarte,
Fuese el amorcillo en un rápido coche.
Te veo como eres, sin la mirada del arte.
Y pierdes mucho. Hasta el derroche.

lunes, 28 de septiembre de 2009

In love with young II

Sólo vives en un dorado sueño,
Sólo te quedan un puñado de rosas,
Puedes vivir rodeada de estas cosas,
Y que sea tu dulce e ingenuo sueño
El que se prolongue y sea dueño
En el pasar de tu vida caudalosa.
Pero no son probables esas cosas.
No suelen existir caminos ciertos
Cuando la juventud asoma en tu piel.
Eres sólo un pelele que sestea,
Aupado por un coro de tonterías,
Que bailan frenéticas en su papel.
Si eres capaz, y no te acomplejas,
Quizás agarres a tiempo los días,
Para alzarte, asirte al suelo y crecer.

Poema 64

Casi todo lo que elegimos es por defecto.
No suele ser nuestra primera opción,
En la que ponemos toda nuestra decisión.
Solemos quedarnos con lo no perfecto.
Lo que ni siquiera era en mis pensamientos
Permuta de mi camino y mi corazón,
Se convierte pronto en toda la razón,
Que en mi vida encuentro en estos momentos.
Qué estúpida es nuestra incontinencia
Cuando nos negamos a lo que nos da la vida.
Qué arrogante y brutal impertinencia,
Querer elegir y, sin contar con las heridas,
No ostentar la mas mínima diligencia,
Porque los hados no quieren que sea tu día.

domingo, 27 de septiembre de 2009

El último olvido

Bienvenido, poderoso y lúcido, desengaño.
Me presionas tanto el corazón que se desborda,
Sin limites y sin contornos, y, sin complejos, aborda
Todo lo que a mi mente trae este frío desencanto.
Sólo hacen falta unos pocos días para superarlo,
Para que esos futuros meditados y esas risas locas,
Se vuelvan polvo que se esfuma, como la coca,
Y a mi corazón vuelvan las ninfas a habitarlo.
Volveré rehabilitado, renacido, volveré feliz,
Con un nuevo canto rodado en el pesado hatillo,
En el estomago alguna que otra gorda perdiz,
Y en el fondo del trasfondo un pequeño portillo,
Donde quedaran recluidos tu imagen y tu raíz,
enredadas en mi memoria hasta el último olvido.

La buena muerte

Saludos a la buena y dichosa muerte,
Que te trae paz a la mente y a los ojos,
Y que acaba para siempre con los lloros,
Que habían perseguido tu sal y tu suerte.
Nunca hubieras sido demasiado fuerte,
Para estar vivo sin morir poco a poco,
Sin morir todos los días, y en escorzo,
Renacer como brota el agua de la fuente.
Ella no sólo trae sus ojos para llevarte,
Ella es arte, y renacimiento, y esperanza.
Y será la paz que no disfruto un solo día.
Me llevará en su negro platillo volante.
Directo a las estrellas, como una danza.
Iremos juntos, los dos, más allá del mediodía.
Y los aurigas portaran pendones donde, anchas,
Hondeen al viento las promesas que hacía.

Poema 60.

Puedes ser cruel, breve y agnóstica.
No creer en mí, ni en la buena vida,
Ni en el destino que nos proponía
Hacer juntos muy bellas cosas.
Puedes menospreciarme, rabiosa.
Menoscabarme, y como una arpía,
Adelantarte a lo que yo ya sabía,
Y quitarme de la boca mis rosas.
Puedes mostrar ajena este carácter,
Me lo haces mucho mas rápido y fácil,
Pues si no tengo corazón en el olvido,
Menos tendré que recordarte y brindarte.
Si eres tan poco lista, inteligente y ágil ,
Que confundes lo entendido con lo vivido.
 

viernes, 25 de septiembre de 2009

Tiempos modernos

En lo alto de los árboles,
Hay melocotones plagados de gusanos.
Hay nubes tan oscuras como petróleo
Cerrando el cielo.
Y rayos ocultos que surcan
La inmensidad de tu corazón.
Hay en él miles de flores,
Rojas, naranjas, amarillas,
Que se marchitan, poco a poco,
Como un pájaro con los años.
Y es que este cielo no te ayuda,
Tienes pocas manos para cuidar tu terruño,
Y tantos calambres, como un anciano,
Perdido en una selva,
Intrincada, fría y peligrosa.
Volverás a tus inicios tantas veces como quieras.
Pero en lo alto de los árboles, hoy,
Los melocotones y sus gusanos,
hurgan para ti un futuro
Amargo y lustroso.
La claridad es un color en tus ojos,
Y no hay medicina que te cure.

"Only the death have seen the end of war"

Guiada por mano firme y cruel,
Ungida con la sangre de los caídos,
Eterno, continuo y derramado conflicto,
Rueda en el girar de los tiempos, fiel.
No menos, dentro y fuera la tienes,
Imbricada en tus pupilas con aire triste,
Comida de angustia, y en marcial ristre
Alza sus lanzas al cielo sin bienes.
Poderosa disuasoria de los lazos,
Amados, y mas estrechos, del hombre.
Zenit de la inconsciencia, y lo pobre,
Y nunca sabemos si está en plazos.
Al mirar a tu lado también estará allí.
Menosprecias sus enseñanzas y regalos,
Odias siempre que te haya tocado,
Ries y brindas y festejas si ves el fin.

Fábula de los tigres pollos

Tres tristes tigres comían arroz en un arrozal.
Era un arroz negruzco y humedecido,
Pero había cantidades ingentes de arroz
que un granjero codicioso habia acumulado.
Bajo el cielo que seguía aún azul y estrellado,
Los demás animales estaban tranquilos,
y aunque parecia bello y bien sencillo,
pronto y, poco a poco, comenzaron a enfermar.
El arroz contaminaba la selva como un polen malsano.
Y a su vez, las nagas, sigilosas, del barro,
Como brotes de humo que lleva el viento,
comenzaron a salir a los campos privados.
Y los animales comenzaron también a caer muertos
Por sus mordidas. Y lo mismo pasaba a los granjeros,
por sus malas artes.


Mientras la selva, en el aire, se iba esfumando,
Los tigres que comían arroz semipodrido y poroso
Vieron que las rayas de sus pieles empezaban a clarear,
Y se dieron cuenta que ya no eran mas que pollos.
Ahora que no le quedaban rayas ya no eran ni leonas.
Eran simples pollos gordos de arroz enmohecido.
Y los animales seguían enfermando,
Y enfermaba todo lo que contenía la selva.
Y todo lo que se observaba estaba empobrecido.
Hasta las nagas enfermaban, con sus mordidas,
Y perdían su brillo, su color y su agilidad.
Se volvían grises.


Y entonces el granjero cayo en la cuenta.
Los tigres ya no estaban codificados,
No había motivos para seguir llamándolos tigres.
Ni las nagas portaban ya, nunca, espíritus protectores.
Ni el arroz era blanco, ni los animales sanos.
Y se dio cuenta de que ya no era granjero,
Ni presa, ni cazador. El granjero se aburría,
Y se comió los pollos. Tuvo que comer de los cadáveres.
Y comió frutas podridas y su arroz negruzco.
Y sufrió terribles y vengativas enfermedades.
Y luego, saciado y ya harto. Escupió a sus vecinos.
Quemó sin pensarlo su hacienda y el arroz malsano.
Y el incendio se propago furioso a la selva.
Entonces se marchó y vagó y murió muchas veces.
Busco nuevos códigos, nuevas referencias,
Nuevos auspicios, nueva tierra y nuevas semillas.
Y, con el pasar del tiempo, volvió a sentirse hombre.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Poema 30

Tienes todas las repuestas que has querido,
Tienes mis dedos entrelazados pensándote,
Y mis ojos mirando al cielo entornándote
Con un canto a las estrellas sorbido.
Entre mis labios te escapas, aullido,
De mi corazón, en tus besos arribándote.
Y llegado a este punto, animándote,
En mis pensamientos, a dar un paso decisivo.
No estoy aquí para esperarte, sin nada,
Con los dedos torcidos, de la lenta espera,
De un llegar que no se acerca nunca.
Tendría para ti, alegría y bonitas palabras.
Tendría una fuerza de doradas esferas.
Pero tú continuas constante a la fuga,
Y a mi se me acaba, poco a poco, la paciencia.

Poema 39. Conciencia, amor y mentira

¿Ha la vida?. ¿Nadie me responde?. ¿Alguien hay
que algo diga?. ¿sabe alguno de esto algo?. ¿Hemos
de permanecer callados o, por el contrario, tememos
el simple hecho de pronunciar cabizbajos: “Hay?”.

Si alguno estrechó la mínima existencia, el dolor
En su pecho se entretuvo, y pronunciado: ¡Ahí!,
Todo son ayes y quejidos hasta el deseado fin.
Profunda sombra se verá aquel que ame con ardor.

Eterno fuego consumirá sus podridas entrañas,
Y las dulces mentiras cenizas hará esta calor;
Pero avivarán las ascuas, el fuego, con tal pavor
Que incendiado verá su pecho con indómita saña;

Y aturdido, y envenenado, pensará que cicuta
Es más cálido viaje que pasear la febril guadaña:
sesgando los abrojos de la apestada calaña
sólo puede vivir y sentirse uno como una puta.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Poema 8

Solo, meditabundo, desairado,
Tengo los pies estirados como una gruya
De tanta gravedad que impulsa la tierra.
Estoy pegado,
Difuso,
Piensan mis ideas que tiene fin
Pero al final no tienes ni idea.
Piérdete mordaz solilunio.
Tengo el alma congestionada,
Un resfriado de cojones me atormenta
Como una multa que te echa un calvo un mal día
y no se te olvida.
No hay pelos en los extremos de mi cuerpo
Que no sientan esta gravedad,
Compleja pero estúpida.
Me arrebata un cóctel y un cigarrillo.
Pero tienes mis impulsos
Pena engreída y torpe,
Lúcida y maniática,
Ya, cada vez, creo menos tus engendros,
Porque todavía tengo corazón.

A los gitanos, que vienen de Oriente

Dicen que hay fiesta en la casa
de la esquina, cuarto o séptimo,
A, de la fachada de poniente.
Anda por bulerías, niño, pa llá.
No pierdas tiempo. Corre compás.
Y suena Paco majestuoso como siempre.
En la tarde serena se entremezclan
clamores de guitarras, y voces
gitanas invitan calurosas a la entrada.
Entra, no sea que perezcas
de poca gracia, desaconsejao.
No sea que no encuentres tiempo
pa agraciarnos con un cantecito
con unas palmas o con un quejio.
Duele, flamenco, como estar solo,
en medio del río, frío,
y hambriento,
y quedarte por lo menos mil kilómetros.
Salado quemar en el aire
que lleva levante.
Viene a mi ventana e invade
los rincones, todos, de mi apetito.
Pero, sí, en la casa,
suenan palmas a borbotones.
Habrá alegría.
Niño, no te la pierdas,
vas a disfrutar,
y ver tu alma encandilada
entre esta gente cantarina.
Entre esas guitarras por bulerías,
las gitanas harán, por ti, noche delicada
de aspavientos y girasoles,
y habrá palmas hasta la mañana.
No te la pierdas, niño, por nada de nada

Extraños

En el tiempo breve de una música sonora,
Veo tus pupilas dilatadas bajo la carpa,
Remotas en la lejanía de la larga playa,
Suenan voces de alegría, guitarra y copas.
Junto a las ruinas de la antigua Roma
Sopla la brisa fuerte de levante, intacta
En el pasar de los años, y hoy se jacta
La luna de ser sus fiestas y honras.
Alumbrada te veo por las luces tenues,
Por la luz de la señora de esta noche y día,
Que se alimenta también de tus cabellos.
Y tus ojos sinceros se me escapan. Pingües
Recuerdos imaginados y robados por codicia.
Poesía. Tenerte junto a mi, sin ellos.
En vida.

martes, 22 de septiembre de 2009

La vida larga

Sólo se recuerda lo que vale la pena,
Torpeza preclara de la mente humana,
Ni siquiera lo que he querido hermana
Con los recuerdos que se esperan.
Lo segundo que quiero que suceda
Tampoco se retuerce en las membranas
Débiles, torcidas, laxas y curvadas,
En que las pequeñas cosas si quedan.
Parece que vivir es un querer y no poder
Recordar tus principios, solo los momentos
Alegres y esbeltos que te han sucedido.
Quizás no valiera la pena quererlo querer,
O quizá querer para no poder sea cierto,
La verdad es que demasiado alegre estas perdido.
Pues quedara vacía y estúpida tu cabeza,
Con la gran virtud de lo dichoso mediocre.
Y será tu vida de poca gala y grandeza,
Y serán tus sentidos cortos y pobres.

El nuevo Cristo

Y vendrá el hijo de un hombre sencillo,
Y será mas fuerte que la creencia y la roca,
Y tendrá enormes virtudes y moralidad poca,
Y habrá de mostrarnos lo grande y lo chico.
A él se abrirán todas las ventanas en sus quicios
Que han permanecido cerradas por épocas,
Y serán los valores nuestros, ramas rotas,
Con las que él hará calor para los nuevos hitos.
El os enseñara que la religión solo existe
En el espacio que hay entre tus ojos y tu nuca,
Y que los edificios son meros accesorios.
Para que te expliquen auténticos abalorios,
Necesitaras tu cuerpo; a ninguno nunca.
Autentico eres tu y, autentico, persistes,
No hay nadie que no pueda decirte que amo-
Te dirá él, con voz fuerte como el trueno,
Y no habrá alma que no se sienta su dueño
Y no habrá persona que no se vea su esclavo.

Poema 23

Arrastrado a la campiña, terruño
De la inmundicia humana.
Y en el mar, y por donde mana,
Se hallan caños de carroña.
En el cielo solo hay ideas de codicia
Que hunden sus ruedas
En nubes de rapiña.
Y pintan el cielo de rojo
Amenazando tormenta.
Tantos seres magníficos
Como pueden ser tan lelos,
Como ser tan torpes e ingentes.
En el horizonte veo menos,
De los que cuento en el presente.

Poema 28

Entre la hierba clara
asoman tus piernas bonitas
y en el perfume de las flores
me llega tu pelo enredado.
Otoño amargo que estas por llegar,
vienes a traerme tus frutas
y a llevar las hojas mustias
de mi tronco ya desnudo.
No dejes ir sus sonrisas
ni su terso busto,
ni sus pequeñas medidas.
Llegas con tu alba ceniciento,
con tus tierras anchas
de humedos y frios aledaños.
Vienes a dejarme solo,
con mis canas de nuevo, condolido.
Austero de forma y parco en palabras.
Me tienes asustado.
Deja volver a mi sus calidos
Susurros con el aire que respira.
Deja que huela su pelo
en el pasar de la calle
la primera vez que la vi.
No me quites su seriedad,
su valor para defender lo que piensa,
y defender al que no se puede.
Otoño no vengas,
detente en tu ciclo augural,
examina tu carrera de estrellas,
porque en el borde de tu estela
brilla una mas que ninguna
y es por la amada que te llevas.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Poema 4. El nihilista

Nadie comprende las palabras que suenan demasiado fuertes,
Los halagos no siguen en su vida al que tiene una suerte distinta.
Por la palabra a lo largo del camino vamos dejando flores marchitas
Y en el recodo siempre te expira a la cara una universal y terca corriente.
No hay espacio entre los concéntricos círculos y sus tangentes
Para mentes prodigiosas ni para espectáculos de luces y piras,
No hay trayecto escrupuloso que no conviertan en pequeñas tiras
Del papel que lleva el viento sin escritos. Nada queda latente.
Mediocridad es la luz que lleva el mundo en su antorcha.
Pocos salen de la libertad vecina del indestacable sonido.
El hombre no es culto ni moderno, ni la ciencia es sana ni poderosa,
El arte es vulgar y burgués, y la categoría humana muchas veces deshonrosa.
Podrías decirme tu que asomas estos versos melancólicos y sombríos,
Si el hombre puede ser natural, y la especie tan poca cosa,
O es que sin rumbo, y con su ética, el hombre actual sigue perdido.

Evolucionando

Las mas grandes alturas
Provocan mayores caídas,
En el ingenio de las partidas,
Se pinta con poca mesura.
Han ido muchos con premura,
Otros, poco a poco, raídas
Han visto, y trastornadas, y idas
En otras, sus antiguas vestiduras.
Los hombres solo son una moda,
Tan difusa y reverberante,
Tan pronta y tan escasa.
Que mudará como todas las cosas.
Y se volverá polvo vibrante,
Que se lleva la lluvia a casa.

Poema 16

Quizás aun te aturullen las flores y seas demasiado joven,
Quizás aun tengas muchos pétalos entre los dedos de tus manos,
Y muchas promesas y sinceridad y confianza en los humanos
Para tener un corazón potente que la decepción no te robe.
Quizá sean tus pétalos finos como las cuerdas de un oboe
Que siguen sonando tersas con el caminar de tus ligeros pasos
Y puede que a ese corazón, grande e invencible, escasos
Sean los que puedan escalar sin mas pértiga que un roble.
Quizá quieras esconder en esa niña tus enormes encantos.
Quizá quieras decirle a los pájaros que no marchitaran en su vuelo.
Quizás tengas muchas cosas que volaran con los años,
Como vuelan las aves cuando te acercas a los pantanos.
Pero ten esperanza, pequeña mía, hay mil maneras de llegar al cielo
Y cuando seas menos joven, prometo llevarte de la mano.

Codicia. A H.H

A muchos se les rompe la cadera
Porque han puesto demasiado peso,
Entregados a negligentes excesos,
a espaldas de sus ansiadas esperas.
Con esta vejez tenaz y postrera
Se encuentran muchos presos.
De lo que quieren y necesitan,
Hicieron algo mas que carrera.
Y ahora se encuentran quietos,
Solos, enturbiados en su lejanía,
Mudos en sus camas recluidos,
No se ven alegres ni coquetos.
Tienen mucho pero es nadería.
No tienen risas. No tienen oídos.
Tienen la fortuna que merecían.

Estatua de sal

Ahora como siempre sigo esperando tus palabras,
Sentado frente al computador con una buena copa,
Con un cigarrillo sempiterno plantado en la boca,
Espero, poca poca, gracia, hoy, para mi, de tus palabras.
Estas fría, un rato ausente, ocupada, me das largas
En tu cabeza, cuando tu corazón, como con la coca,
Tiene mis nervios aturdidos y podridos, y , mi boca,
Sedienta de tanto pensar qué puedas guardar en la manga.
Sois un misterio irrenunciable, tú, bella, dulce y sibilina.
Quisiera honrarte con regalados entretenimientos,
Y que con candiles y linternas y ambar de las minas,
Iluminaseis vuestro deseo y vuestras largas desdichas,
Si vivieras conmigo serías mi señora, mi mar y discernimiento.
Pero enamorado, me eres sal, y mas sal, la tuya; y muy fina.
Y ya casi no queda agua en los poros de mi cuerpo,
Para sostener mi corazón la próxima vez que te vea.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Pimienta. A Clara.

Sed de vino y rosas,
Ambiente rojo carmín,
Eres púrpura de jazmín,
Que encanta las cosas.
Pequeñas, sois porosas,
Os quiero junto a mi,
En mi paladar, carmesí,
De mil burbujas rosas.
Coqueta; sois melodía
De burbujas de champán.
Sois tesoro de calidez.
Y acercáis el mediodía.
Paseasteis el Qhapaq Ñam,
Y ahora os tengo en el almirez.

Poema 44.

Ensoñada maquina de tiempo,
Tersa y brillante como luz de estrella,
Rápida, fugaz y pasajera como cometa,
Tenaz o diletante en su momento.
Con la estructura nómada de cientos,
De millones de caminos de estelas
Posibles, de supernovas; y centellea
su proyección y su color ceniciento.
Arco iris de gotas suspendidas de vida,
Lluvia de lo extraordinario cotidiano,
Materia de los sueños y su aspecto,
Calor y fuego que nos sobreviva,
Insignia clara de todo lo humano,
ingenua conciencia la del intelecto.

Poema 56 In love with young

A veces con los años se pierden manías,
Mientras la juventud no hace sino multiplicar,
Con constancia e inconciencia, y sin verdad,
Ninguna, las exigencias que tienen en su vida.
No saben ver, ni comprenderse todavía.
Ni entender siquiera el fluir de este mar,
Su bravura, y el espanto, y tanta soledad.
Que ya te hace verte pequeño. Y que te rías,
De tantísima vanidad que tenias en tu cuerpo.
Es un misterio cotidiano nadar sin saber cómo,
Pero se hace, y se hace, durante mucho tiempo,
Y nadar viendo tantas costas como espejismos,
Y no agarrarte a la roca que tienes a tu lado,
Seguiré nadando sólo y naufrago por este abismo.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Pipa de Kif

Marihuana, verde hada de la tranquilidad.
¡Tus efluvios dulces y tu tacto pegadizo!.
Verde rama de canela y estuco plomizo.
En el humo de tus pequeñas flores das calidad,
a la vida alegre; y fluidez a la realidad.
Y con sus cantos y tus risas suavizo,
El eterno pasar continuo y quebradizo,
Con el que se percibe la dulce eternidad.
Revoloteáis volutas como bellas aves,
Por la habitación diáfana por el sol,
Y a mi corazón dais una paz digna.
Y a la luz dais materia donde reflejar, clave
De encina vieja, vuestra madera de boj,
Y vuestra existencia vacía de paradigmas.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Poema 9

El miedo es el cáncer del hombre.
No serás tú, si tienes miedo,
como no es aquí el que esta muerto.
La muerte del corazón del hombre es el miedo.
Revélate, hasta en lo mas pequeño.
Y si algo es extraño para ti
Estúdialo hasta que no tengas motivos
Para temerlo.
El odio es primo hermano del miedo,
Del miedo contenido,
De la ausencia prometida en el acto del otro.
Si te queda corazón,
Expresa tu miedo.
Ahuyenta tu odio.
Aunque sea gritando a una fuente,
Hablando a una madre,
Perpetrando la confianza con un amigo,
Abrazando a tu ser amado.
No te lo digas a ti mismo,
Sólo ten fuerza
Para hacerte extraordinario

Poema 6. Flores Marchitas

Aquí estoy sentado, meditabundo, inquieto.
Porque sé con certeza que estas al otro lado,
Pero no oigo tu voz, aunque siento tu hado,
Perturbando mi alma aun desde lo lejos.
No sé si comentaran las pupilas de tus ojos bellos
Aquello que siento en mi corazón con tanto agrado
Ni sé si serán en lo profundo de tu costado
Un rumor siquiera mis voces y mis besos.
Besos que doy al aire como si tu estuvieras,
Perdido como un loco entre las brisas.
Y en ellas encuentro tu perfume de canela,
Y tus manos pequeñas, y tu mente certera.
Y mis poros se inundan de alegría y risas.
Que me consuelan ahora que no estas cerca.

Paseo

Para ir sólo es necesario valor,
para regresar se necesita fuerza, entereza y coraje.



Me resulto fácil el paseo, cerca del puerto,
junto a las luces malvas de las farolas.
El cielo como un canto rojizo posado sobre la bahía.
Emérita de luces amarillas de buques,
y aletargada como una mujer hermosa y brillante,
y con carácter.
Nunca sirvió para nada, para poco más
que decir adiós y salir corriendo.
Pero hubo tiempo para todo.
Quizá para demasiadas palabras.
Un par de buques encontrados,
como una pareja solitaria en la noche
se abrazan en un ingenio de luces que no se toca.
Vaya fatalidad,
el mundo un poco mejor cada día a tus ojos,
y tú, cada día, mas cerca del abismo

Poema 38

Y después que el amargo llanto hubo pasado,
Aníbal, el despreciado, alzó su corazón en risas
Por cima de árboles, riscos y virtuales ninfas
Hasta gritar poseído con la verdad del tarado:
Si no me amas, caigan en virutas los hados,
Que aves y pájaros del cielo caigan a prisa,
Y que los árboles, secos, vean sus cenizas
reducidas a venenosas sierpes y oscuros talos.
Que el cielo ennegrezca hasta acariciar la nada,
Y se vean los hombres en muerte sepultados.
Cuando los hermosos animales no emitan hadas,
Descansaré, amor mío, del dolor que me pesa,
Que me haces, y arrastra a este desgraciado,
A la segura muerte que en sus labios besa.

Ara Al Yacir Campo de Gibraltar

A mi lira me abrazo descabellado y enhiesto
Para relataros vuestra magnánima ignorancia
Por ser los habitantes de un pueblo funesto.

Os hablo a aquellos que sois sombra de sustancia,
Los que sólo entendéis del presto y del vuelo,
Y menospreciáis la belleza y sus fragancias.

En mi alma, si os pienso, penetra el desconsuelo,
Me tiro de los pelos y quedo estupefacto y loco
De ver el modo en qué tratáis nuestro bello suelo.

Nació cierto día la vida a orillas del estrecho,
Era su medio pleno de salud y rica belleza,
Eran sus ríos a los peces, como todo, estrechos,

Sus vegas anchas y fértiles se estrechaban
Por las peñas hastías de árboles y matorral;
Los animales que estas tierras albergaban

No los encontraríamos en un parque natural,
Y en toda esta vida se halló en tiempos el hombre,
Que con su tez pasmada sólo contemplaba mar.

“Allá Tierra, acá el Estrecho. Más allá, el nombre”
se repetía sin parar en su cautela de marino,
hasta hacer del todo estrecho y del estrecho hombre.

Y qué pasa al estrecho. Pues que está contenido,
Que va y viene sin prestar atención alguna
A naderías y que carece, por completo, de sentido.

El estrecho es un viento furioso de mar,
Una tempestad sublime, un canto de guerra,
Y muerte, insondable, como feroz huracan,

Es un ansia reprimida de derramarse;
Un ser él con constancia y con la violencia,
Cada segundo, de amar y despreciarse.

De envalentonarse para, preñado del sin sentido,
en su estrechez, dejarse caer de nuevo;
volver a morir en la insolencia de ser el mismo.

Es el presidio pasajero de la libertad.
Que despistado nada hace por esta nadería,
Sino él mismo percibirla obnubilado pasar,

Sin alargar unos brazos que no tiene,
Porque los estrechos no actúan,
Los estrechos se sostienen.

martes, 15 de septiembre de 2009

Poema 41 de Flores Marchitas

No creas que hay reflejos en mi vida
Que vayan mas allá de tus parpados,
Ni miras, ni figuras, ni espejismos pasados,
Que pueda siquiera comparar sin rima,
A lo que tú suscitas en mis sonrisas,
Con el pasar sencillo de tu encanto.
Ni creas que puedo, ni sé, ni canto,
Sino siento por ti mil calores y prisas.
Y si no tengo tu imagen junto a mi
Corazón herido por la angustia,
La tristeza acaba con toda imagen
Que pueda presentarse ingenua en mi
Cabeza. Pues no tengo sino la tuya,
Y esa es la gracia que corre, sin margen,
por mis venas

Depresion

Que las palabras llevan fuego.
Y en los ojos oscuros y cánopes
De tantos enemigos avenidos
las palabras llevan fuego
Se ocultan sípidas,
llenas con la lefa negra de la discordia,
del mal corazon encogido entre los espinos
de su misma ignorancia.
Cuanto dolor,
cuanta amargura
de soledad y ceguera,
cuanto espacio para una angustia
tan tejida en un dedal.

Cuando me dejaron quieto,
me eché a la calle.
Y lloré, y me arrastre;
y vendí mi dignidad barata.
Pues cuando ya no queda dolor
nada importa nada

Poema 27 de Flores Marchitas

Somos tan insanos y domesticados
Que estamos perdidos por completo
Encontraras un saco grande y repleto
De cosas que te llevan a camino cerrado.
No puedes mirar atrás. No hay pasado.
Solo puedes atender a un devenir concreto,
Que te lleva ligero y bien discreto,
Hacia una meta en la que no hay regalo.
No creas que al final de esta existencia
Hay algo que te satisfaga una pizca,
La persona que tu estas buscando,
Solo la buscas en la cosas físicas.
Tendrás que ir pensando y reflexionando
Qué puedes hacer por tener mas potencia.

Diatribas Fundamentales. Sobre la educacion. En particular la mia

En este mundo loco e invertebrado,
A vosotros, grandes doctores, me dirijo,
En mis pocas palabras encorsetado,
Para haceros ver cuál de los destinos
De este mundo esbozado en la ignorancia
Puede ser amado sin caer en desatino.
Harto estoy de vuestras petulancias,
De vuestros discursos veteados de pedantería,
De vuestras extremas y perfumadas resonancias,
Que convierten a nuestra amada filosofía,
Oh, grandes doctores, a oídos de todos,
En la más difamada y monstruosa arpía.
Las palabras, encubiertas en ferroso lodo,
Nada pueden hacer por la enseñanza
Y aquellos que nos admiramos por todo,
No menos admirados, ante tal destemplanza,
Hemos de quedar atónitos y confusos
Al veros bregar con tantas inútiles lanzas.
De la enamorada filosofía, palabras y usos,
Sin eterno descanso, hacéis vuestros y partes.
Y más, todo lo hacéis necio y abstruso.
Así son en conjunto vuestras artes,
Que aquel que desea amar la sabiduría,
En lugar de encontrar luz a cada instante,
Entre tinieblas y retales de palabrería,
Aburrido ve consumirse su deseo
En la veloz corriente de esta loca vida.
Como decía el poeta: “Virtud y deseo,
El uno al otro se lleva, pidiendo y llorando van,
Peregrinan, de uno a otro lado, como ciegos”.
Que la enseñanza, honorables doctores, es tan
Gran desastre como el que nunca parió madre;
Eso, de puro sabido, aún hay que gritarlo más,
Y aún más, si, para el caso, se sufre en la carne
tal indómita catástrofe, tal potencia adormecida
en los mustios laureles que habitan filos de sable.
Y dirán ahora “Niño ignorante, bestia embrutecida”
Los honorables sabios de lustrosas cátedras;
Y diré que tal cruz será fuego antes que astilla,
Y que con el pico pico en sus aterciopeladas calvas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Poema 1 de Flores Marchitas

Podréis, malos espíritus, quitarme la sal
De la vida,
Los triunfos pequeños y grandes de un hombre.
Podéis arrasar mis espacios intercostales.
No hay lanzas que no podáis clavarme
Y ojos ávidos con que robarme la salud.
Y mi potencia.
Mi pasado.
Tenéis escrúpulos.
La gracia la tengo yo.
Y por mucho que trunquéis mis pasos
No hacéis de mi sino un mejor hombre.
Una mente mas potente.
Una droga mas astuta para los Dioses.
Y aunque estoico, y alcohólico,
Y metabólico soy,
No vais a partir mi alma,
No vais a triunfar en vuestros propósitos
Sino son que sea yo quien os sobreviva.
Vais a tener un paso falso.
Porque hasta los Dioses se equivocan.
Y aunque haya astros que no dejan milenarios de lucir,
Veréis una estrella mas potente,
Y todos seréis solo polvo que lleva el viento.
Los almendros seguirán retoñando,
Pero en vuestro futuro solo quedara mi recuerdo.

Ajedrezado Gris

Cayeron las torres donde se reunian las diosas,
En el ajedrezado gris de la mañana neoyorkina,
Vinieron las aves negras, de los cruzados, suicidas
Para dar al traste con sus divanes hechos con rosas.
La mañana era clara, nítida, y sobre las frías baldosas
Brillaban los rostros de muchos, y sus vivas risas,
Ya que no comprendían en su torpe y alocada prisa,
Que muchos sufren y desconsuelan por muchas cosas.
Entonces los ricos caímos rápidos en la cuenta
Que son pobres pero tienen mentes, y bocas, y odio,
Y oscuros pensamientos; y vimos, que a la vuelta
De la esquina; la vida se da, por cierta y verdadera,
Mientras no tengas un arma empuñada en tu rostro,
Porque el otro siempre tiene menos de la cuenta.

Maledicencias

No puedo sino negar tus virtudes
En el centro de mi torturada cabeza.
Y no puedo sino ensalzar tus vilezas
en todas las imaginadas actitudes.
Pienso que eres necia y de aptitudes
Tontas, torpes y sin ninguna destreza.
Imagino, no sin amarga y cruel tristeza,
Que pierdes frente a mi los dulces laúdes
Que tienes en esa voz de terciopelo.
Pienso que ese fantástico cielo de alma
queda seco por falta de llanto y de saliva.
Pienso, porque eres fría, y por ello muero.
Pienso, porque no eres mía, y me desarma.
Pienso, que si no te tengo, así se olvida

domingo, 13 de septiembre de 2009

Mentiras Arriesgadas

No me importa que salgas, que vayas
De aquí para allí con quien tu quieras,
Que beses a otros hombres, o adquieras
Modos nuevos con que ponerme a raya.
Puedes aliarte con quien te de la gana,
Arrimarte a cuantos se te acercan,
Bailar como una bacante, y de cerca
Poner tus encantos a la vista de las masas.
Puedes elegir individuos para olvidarme
Y brindar con muchos por la salud
De otros que quizá no la prometan,
Puedes rendirte con facilidad y darles
Lo que me niegas con risa y virtud.
Pero no me negaras que te quiera,
Porque, para mí, querer no es tenerte
Para mi, vale ya sólo con saberte,
Y tener la esperanza de que existas,
Pensada para mi

Poema 49 de Flores Marchitas

A veces pienso que fuera de mi,
No existe lo que yo siento y veo,
Si pienso mucho, y demasiado, creo,
Que al final la realidad ya no es afín.
Da cantidad la mente humana de si
Para hacer de algo claro y certero,
En algo siniestro, doblegado y artero,
Trasmutar mucho de lo que pienso en mi.
Pero esto es también fundamento
Del arte, de los sueños, de la ambición,
Del amor, del concienzudo tropezar
Del genero humano, y enriquecimiento
Torpe de cualquier género de labor,
Si cuando se piensa se piensa mal.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Poema 34 de Flores Marchitas, mi trabajo ahora

Lo vivido, lo aprendido, lo obviamos.
Por construir castillos en la arena
No vemos muchas veces la belleza
que queda en las cosas que olvidamos.
Con naipes y con sonrisa levantamos
Imperios que no valen una pena,
Y, mientras, se nos escapan de veras
Las pequeñas cosas que amamos.
Somos así de necios y conflictivos,
Que no sabemos amar lo que tenemos,
Y por buscar aquello que nos rehuye,
O aquello que es grande y distintivo,
Nos atropellamos, y aun tememos,
No ser suficiente lo que nos bulle.

Poema de un verso.

Asomábase su dorada cabeza entre las parras,
Empampanada su frente con ramos de uvas,
Y sus ojos cristálidos y alegres de luna,
Y su sonrisa incipiente asomando sarcástica,

Anunciando a Verso, la diosa más bella,
Más ungida de amor y envidia y deseo
De cuantos, bautizados por nobis teo,
Se atrevieron a lamer y acariciar su teta.

Ella, sencilla, va desplazando su peplo,
Ya sus nudos se ven a sí desnudos,
Y así, y sin ánimo de algún lucro,
Dice, ¡dulce vino que cantase al viento!:

“Tú, si no tienes nada de poeta.
Rimar versos no es para niños traviesos,
Que saben sólo juegos inciertos
Y lamer rápidos y nerviosos la teta.

Tú, qué sabrás de risas y besos;
Si eres un sólo filosofastro despistado
Al que todo parece de su agrado
Y, sin embargo, nada le parece cierto.

La poesía es simple cosa de talento;
Y si no creyeses esto que digo,
Te abrasaras en el oscuro Estigio
Junto a todos los sabios conocimientos

Que ambicionas como vivo loco.
La teta hermosa con sentimiento se besa
Que no con amarga sabiduría, que pesa,
Duele, y agota, despiadada, poco a poco,

Todo sentimiento humano de alegría”.
“Verso, de pensaros poeta quedo loco,
¿Escuchasteis lo que dijisteis a poco
Que vuestras palabras, como arpías,

Revolotearon el frágil y fragante oído
Con que estáis dotada de música celestial?;
¿Escuchasteis esa linda voz que en un pás
Aturulla a las estrellas, amor mío?.

Si enfadada estáis, salís con tonterías.
Decid, si lo deseáis, que obro sin tino,
Pero no mostréis que el celo ha ardido
Sino queréis, amor mío, que de parar no ría.

Y digo bien, que ni reir puedo
Cuando me os acercáis con tales fruslerías
De niña metomentodo, además híspida,
Y arremetiendo estúpida, como un lego,

En aquello para lo que, por desidia,
No te llaman. Amor, deja que tu teta lama”.
“Es cierto; irritada estoy de cómo me tratas,
¡Pero acércate que te abrace vida mía!”.

CosasBonitas

Este blog esta dedicado a vosotros, cosas bonitas. Se veran tambien sentimientos oscuros, quiza penurias y ahogos, pero tambien espero muchas alegrias. Hay que entender que nosotros, cosas bonitas, participamos de muchos momentos, y no son mas tristes o feos los tristes, ni tienen porque ser todas las alegrias dignas de celebrase. Sabeis lo que os digo. Y tambien hay cosas que llamamos malas que puede que nos hagan felices y cosas que llamamos buenas que muchas veces nos saben a poco. No existira en este espacio la crueldad sino es la autoinflinjida, pero aqui intentaremos participar en nuestra medida de todo. Este blog quiere hacer por vosotros. Para que necesitemos menos algunas palabras y para que tengamos muchas mas sensaciones autenticas. Para vivir un poco e intentar que entre todos aprendamos a ser el ser humano que te mereces