Recuerdos de sed, rotos y desusados,
Encajan de nuevo en mi vil memoria.
De perro callejero sin voz ni señora,
De pájaro afónico, folk y desplumado.
Como fieras nubes en cielo desatado,
Esos recuerdos, nudos, cabos, sogas,
Se ciernen a mi cuello y me togan,
De nuevo, con prendas de prestado.
Vuelvo a estar solo, tenue y atascado,
Vuelven perros de la noche, olvidados,
Vuelven las sombras del poder oscuro.
Vuelve la oscuridad de poderlo todo,
Las tétricas efigies de lo poderoso,
De querer Ser; Sergio, y eres solo uno.
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