miércoles, 25 de abril de 2012

Bosquejo

Nada cambía la estructura de versos,
sigo mintiéndome y escoltándome
en el gato que vive entre pared y farol,
luciérnagas que nadan en atmósferas
cargadas de las más sutiles rarezas,
en extravagancias propias de un Conde,
en juegos de niños con mucho peligro,
en resonancias que adornan oídos.
Me estoy cansando de ser un paria
del dolor y la agonía de existir,
y de monedas, y cuentos, y ortografías.
Salud, amigos, cansado de ser yo mismo.
Giraremos el poliedro.

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