viernes, 31 de agosto de 2012

Pelea de perra


No tengo tus pálpitos ni dígitos,
Ni quiero tus espantos ni gritos.
Me canse de esperar un colín,
Un bello pájaro pitufo peregrín.

Me enmanse en refugios traídos.
Llevados, otra vez, del espanto,
Cosidos con las puñaladas frías
de tu lengua de coral y acanto.

Soplaba el levante, como ahora.
Calentaba el sol, loco de amargor.
Y en la entrepierna, sutil y cálida,
De tu entrepierna de seda y tremor,

Podía el tiempo perderse sin mi,
Podían anidar aves y torpes gansos.
Difícil es alcanza a un gran manso,
Sin verbo, violada y con pedigrí.


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