lunes, 1 de septiembre de 2014

Nube. A Virgi.

Despertado a un septiembre nuboso, pongo mis pies al ritmo normal de tus sueños, vivo en tus zapatos de color amarillo, caliento el goteo persistente de agua desde la cornisa. Cayendo una y otra vez en tu circulo me veo cegado por las olas de calima de superficie.
El calor te hace lluvia cuando sopla un viento fuerte y estruendoso. Quieres nutrir árboles, plantas y animales a una y ahora parece que todo es posible. Y cantas, y elevas unos pendones blancos sobrecielo porque sabes que los colores están surgiendo allá abajo.
No hay error para la magia de esos ojos esmeralda de casino y fortuna. Iba pidiendo perdones y como un chubasco me empapé de tierra.
¿Qué mejor para una nube que un vórtice? Necesitaba ya el sabor acicalado del suelo que piso, tu tacto humano insuperable, vacas volando, tornillos y pétalos, envases vacíos de historias pasadas, besos, sobretodo besos en todo lo que se mueve.
Eres ric@, vuela,
pero no te apartes ;-)

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