martes, 9 de septiembre de 2014

Oh Poema

Cegó sus ojos en el círculo,
Espiral concéntrica de sus largos radios,
Con los que rodeaba
un aire de princesa en desconsuelo.

La habían llamado extraña,
Vivaz niña, ruedo de un pertinaz y largo
Desenmascare
De lo incrédulo.
Sabía andar sobre sus dos piernas de vértigo
Haciendo temblar a los ciudadanos
Y prestar miradas tiernas
Al más jodido
O perder el tiempo en el ensueño.

“No se ganan partidas sin pérdidas”,
Parecía gritar en cada poro.
Luz o lucha en sus ojos,
Me encandiló como a un reloj roto,
Aquí sigo, sin pausa y sin movimiento.

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