domingo, 28 de julio de 2013

Uróboros

Cominos al viento como todos los días. De suma importancia me engaño con mi larga pipa roja de humo denso. Con mis ventanas azules cielo y mar. Y los lunares perdidos de tu espalda. Los sueños se fueron detrás de una imagen ficticia, de un efecto, de una falta de defectos.
Y nace el poeta encadenado al ambiente de mi casa. Hilando, hilvanando, como la araña que crío todos los veranos. Pero mi mente está fija en un desconsuelo, en una resurrección, una falacia más al mundo de las dimensiones virtuales.
Vivimos la verdad más grande dentro del mundo de las pequeñas mentiras. Todos publicamos al instante una figura infusa de nosotros. Todo queda para luego, y lo fue todo hasta llegar al punto de decir “ahora”. Somos pequeños y salvajes y la vez más torpes que nuestros propios habitantes.
Bruto siempre supo dar puñaladas a un saco de gusanos como nosotros a un pozo seco. Siempre una puñalada. Al ciprés y  a la pimienta, al candado y a sus reservas de agua. A todo tipo de arañazos en el escorzo de un cuerpo y una palabra.
Quiero callarme cuando hablo a una imagen casuística. A quién le hablo. A quién le hablas. Qué muerdo. Conciencias, caricias y colas que me dan en la cara como si fueran grandes penes. Penes benditos que dan la vida a la vez que la quitan. Los penes de todas mis vidas. !Tanta Vía Láctea¡. Mucho semen del dulce y del amargo que te enseña a ser un chiflado dirigente.
De forma exacta éso: un chiflado dirigente... "Dirigir una chifladura" siempre fue uno de mis deseos desde que conocí a Fellini.

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