Tuve un rato una grata alegría,
En un día de furiosa tempestad,
Mis lisas velas las llevaron la mar
A un puerto de dulces compañías.
Había putas, faranduleros y pías.
Era un ingenio donde poder piratear.
No había corsarios que ablandar
Porque las coronas aquí no existían.
Y libre y sin pauta fui y encontré,
Embebido en ron de pura caña,
Dulces vientos que de allí surgían.
Y sin motivo ni ruta vislumbré
Que no había ni podía la patraña
Encontrar en el mascarón una guía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario