viernes, 20 de diciembre de 2013

Vademecum

A veces tienes el papel de loco y a veces el de colgado de la cordura. Mucho hay que piensa que demasiada información, demasiado estrés, demasiada lima o, en su caso, extravagancia, te llevan a la locura. Ahí está el enorme Quijote para expresárnoslo. Inmejorable.
Claro que el Quijote, como todo loco con susceptibilidad de seguir sucediendo entre el común, tenía a su Sancho. Su freno, su pausa, su remanso a falta de Dulcineas.
Todo es cosa de frenos. Bailar con la Locura es algo muy serio. Aunque a algunos nos parezca ya un poco banal. ¿Quién pone el paso?.
Si es ella quien doma el movimiento estás perdido en una escalera de caracol hemisférica. Te perderás. Irás, sin chocar, cagándola en tus disquisiciones. Sin darte cuenta que chocas una y otra vez.
La Locura viste de blanco y conduce un mercedes de los antiguos. Es tan veraz como que pasa por la cabeza de cientos, -perdidos por la impaciencia, la herida o el desconsuelo-, en cada momento.
Los paganos personalizaban a las entidades, ¿no sé por qué no lo hacemos nosotros?. ¿Quién puede creer que una UNIVERSALIDAD no tenga cuerpo suficiente para hacerse ver? (Nosotros ni siquiera creemos en las ideas).
Todo sucede porque tiene que suceder. El lujo es que no te asuste ni la misma Locura (estar completo). Quizá simplemente porque ni siquiera le das la importancia que ella tiene, quizá porque luchas porque esa energía no se acerque no sabes ver sus cosas positivas en la carrera que es una vida.
Acercarse al precipicio es casi factura segura de rotura de muchos huesos. ¿Luego se harán más fuertes?
Yo acudí al Divino para distraerla, que fue quien quiso que me acompañara durante un tiempo. Yo acudí a mi persona pura y desnuda. Yo acudí al cariño, al Amor. Yo acudí a los otros y también acudí al psiquiatra. ;-)
Siempre mi mismo mensaje: No tengas miedo. Ni de una señora vestida de blanco con un mercedes C300 que conduce dando tumbos.
¿Si algo te seduce sales a bailar con él/ella, no?. La Locura es una experta en perderte con su movimiento sinuoso, con sus pasos demasiado rápidos, con su inconsciencia metafísica. Poco cortado hay más potente que éste.
Al fin y al cabo es como bailar con un estipendio de pitos y farolas, y todo el rato a encontronazos, como si cayeras en espiral en ningún juego- vaya desastre¡¡ (jugar es cosa de dos o más, cosa que el loco no contempla).
Muchos pájaros en la cabeza. Tú lleva siempre los pies al suelo y, cuando te incite a bailar, tómale el pelo y sigue tu carrera. Tú eres tanta entidad como ella. Si lo eres no te podrá. Si te puede alguna vez reposa, descansa, cuídate y vuelve con un nuevo ritmo a vivir. También es fácil de decir. Las humillaciones tampoco importan tanto, juega, equivócate, que te etiqueten, lo que quieran… estoy seguro que habrá una base “desde la que elevarse al éter” o una caída a los infiernos.

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