domingo, 10 de marzo de 2013

Hurt

Herido, hundido, masacrado, mi risa sigue oyéndose al otro lado del río. Hace unos días apagué todas mis teas para concentrarme y sufrir.
Para enseñar de nuevo los pájaros a volar y los peces a beber. En un recodo de mi camino encontré una ramo de flores vivas, las llevé a casa y les dí mimos...pero flor cortada es flor mustia -todos vivimos de nuestra tierra, como las plantas-, con necesidad de expirar.
En aquel momento en que sus pétalos comenzaron a levantarse por el acido acetilsalicílico -corazón de sauce en aguas frías- note que su clamor, su tiro de arco, se ensuciaba con blancos discontinuos.
No quedaba nada de su esencia. Ya no bebía de sus manantiales, no le corría la brisa por el interior del invernadero y le faltaban la multitud de manos y voces.
Decidí dejarlas en el alfeizar, que secaran. Qué convirtieran sus átomos en pequeñas partículas de papel usado.
No se engaña al tiempo cercenando vidas que aromatizan, ni siendo dueño de bellezas perecederas. No se alcanza el cielo sin sustrato. Ni la verdad sin mentiras.
Deberían las flores nacer en mis macetas pero tal cantidad de cenizas ha sobre nutrido la tierra hasta hacerla ácida y corrosiva.
Aún así los rosales de mi terraza comienzan a dar flores que no cortaré si no es para regalar y comenzar el proceso.
http://www.youtube.com/watch?v=byOPFsENOO4

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