lunes, 27 de mayo de 2013

La soberbia de las culturas, las olvidadas y el acto de fe

Siempre el mío es el mejor juego. No importa cómo se juegue, implique sufrimiento, carencias, dolores, sea o no artístico, político, agradable, zafio o ruin. Lo único que importa es que mi juego sea el mejor, “es el que yo prefiero”, es mi juego, con normalidad viene de padres a hijos como con los hinchas de fútbol.
Muchas patadas para sacar un astro a una zona desconocida extra- Universal. Defensores, Porteros, Capitanes, y Señores de Campo. Diestros Lanzadores (los últimos) y Hombres Veloces. Así, más o menos, se baten dos países o hinchadas o religiones o sociedades para lanzar uno de sus astros a la zona extra- Universal. (¿Quizá esa zona sea parte de la Eternidad?).
El fútbol como todo es una buena patraña para hablar el lenguaje de las metáforas. El futbol, ese gran aliado cultural que diríamos los europeos…los padres fundadores de la “estupenda” modernidad, posmodernidad dicen otros, yo lo llamaría precaducidad. Pero a casi cualquier tiempo. Es de lógica.
Pues eso, antes, exportábamos de todo. Éramos, los europeos, una gran potencia del pensar humano, aún la mayoría de los cimientos son europeos desde la Ruta de la Seda -de tiempos de Alejandro-, a la cansada África colonial, al desgraciado Copag Ñam y al frío Washington.
No hay aborigen que no haya oído hablar de un señorito crucificado cuya madre era una Santa y que además “para ser divino” ni follaba. Y que era el que mejor jugaba. Él que jugaba el mejor juego. Con las mejores reglas, más sofisticado, perfecto y divino. Moralmente superior.
Muchas culturas han tragado con esta monserga. Otras han hecho lo propio con sus creencias heredadas de los sabios de sus tierras que tuvieron intelecciones “divinas” llamémosle. Tales como Sócrates, Siddharta, Confucio, Mahoma……
Todo el mundo siempre quiere que tú creas lo que creían sus padres o sus abuelos a más tardar. Y es como con el futbol. Son capaces de agredirte en un derby determinado. Todos conocen de ciudades con ejemplos de civismo, de hinchadas honradas y tolerantes, pero vaya, es porque ya superaron su periodo de profundo in civismo. Y no sé si podrían involucionar.
Llámese Yihad, Cruzada, Catecismo, Catetismo. Sí Catetismo. Desde el primer Imán de la más bella Mezquita del Cairo hasta el Cardenal Electo de Roma Papá Paquito, desde el Dalai Lama, o cualquier sabio que se diga que defienda una religión en el planeta hoy es un cínico.
Existe una experiencia de Dios, una experiencia del Espacio y el Tiempo, un acto de fe, para algunos, cosa que yo no considero Religión; existe una relación desde que el hombre es hombre con la existencia, la energía y su atemporalidad que unos llaman religión, otros espiritualidad, otros poética del mundo físico de un desquiciado ideario antiguo; y que únicamente debería unirnos.
Cada uno a su modo. Unos dicen Corán, otros claman por la Biblia o responden con el Mahabarata, unos invocan a Kukulkan y otros ven las hadas y gnomos que habitan en los árboles y grandes héroes que salvan al hombre de los terribles entuertos generacionales de continuo.
Existen principios y finales. Ahora estamos más cerca de un final que de un principio. Yo, como todos, soy incapaz de creer con sentido común en ninguna Religión a pies juntillas. Comparto millones de cosas con ellas, como todos, o casi todos, también. Pero no creo que haya que hacerles, como realidad Cultural, el más mínimo caso. Mírense Ustedes y miren a sus seres queridos. Y si pueden miren el cielo, cuánto más alto mejor. Sean claros y límpidos. Verán que ustedes son Dios. Pero no un Dios soberbio como el de las Culturas. Verán que son paz y armonía y naturaleza. Quizás deban hacer un escorzo pero conocerán el camino de pleno.
Demasiados años hacen demasiadas malas costumbres del ateo al inculto, al pobre, al recto creyente en los que no son sus principios, o le son prestados. Experimenten, y no crean nada, ni en lo que yo digo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario