martes, 28 de enero de 2014

Virtudes.

Beber siempre y nunca estar borracho, tomar mil ciento cincuenta sustancias para seguir normal. Follar pero nunca enamorarse. Hablar, e inmiscuirse siempre en la dialéctica. Tener principios para llenar una goleta de historias de piratas y mentir a cascoporro diciendo siempre y de forma única la verdad.
La verdad es lo único que me importa. La verdad y follar, pero eso es un impulso antropológico. El arte es la única segunda cosa que me importa porque consigue decir verdades directas mintiendo por derecho, con la forma y con todo el sentido de un sabio presagiando o un poeta respirando.
La tercera única cosa que me importa es la amistad. Porque lo puede todo. Porque consigue lo inesperado y hace que lo improbable también se convierta en verdad. Porque entre PARES, entre iguales -dando igual las monedas, las tristezas o los embrollos- se consigue conjurar las sinergias para que todos seamos lo que somos en cada una de nuestras vidas. Porque para mí los nexos son eternos, complejos, hilados desde el principio de los tiempos.
Desde el calor primero del Universo se han escrito de ellos en sus distintas partículas creando uniones, creando energías que tienden a encontrarse. Como un entramado químico o atómico. Nosotros no somos distintos.
Llegados a este punto aparece la dualidad pero eso sólo es un reflejo de la existencia en su propio espejo. Una descoordinación de momento y lugar que no tiene sentido. Somos puta y caballero, somos duros y frágiles como un junco. Somos mentira y somos una gran verdad.
Como dimensión nuestra cualidad es la pequeñez y nuestra integridad palabras o actos tan circunstanciales, tan cominos!!….Pero tan importantes como que esta dimensión sigue siendo la garantía de que existan las otras -todas deben existir solapadas. Que el pequeño valor o coraje o audacia o sustancia que demostramos en ésta da pábulo a las otras y en las otras ocurren otras cosas que condicionan hasta a la mujer del panadero.
Y en esta dimensión es en la que más se “juega“. La vida, la Tierra es un lugar increíble. El exterior está tan lejos como debe estar porque todo interior parece que parte, no de su núcleo, sino del núcleo de cada uno de vosotros. Lo somos todo desde que percibimos.
Ya sabéis que yo os considero a todos vosotros -listos y tontos- tan importantes como Sirio o el Sol. Sois una parte estudiable de nuestro Cosmos desde que este nació. Sois sustrato del Divino, sea lo que sea éste que no se suele comprender.
Ya sabéis mis cinco más preciadas virtudes: el equilibrio, la sinceridad, el arte, la monstruosidad y la conciencia. El hombre moderno no se fija en ninguna de ellas sino es para vituperarnos.

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