sábado, 1 de marzo de 2014

A Paco de Lucia

                           Tú que no enseñaste a escuchar,
                           Tú que nos enseñarás a vernos.

Llora la espuma del mar en la bahía,
Con cuerdas y trastes llenitas las olas,
Con flamencos en la ribera y palomas
En la plaza festejando su sal y sus días.

Del estar solo y de tocar madera vivía,
Como un santo rodeado de caracolas,
Hacía paso en el silencio de mil colas,
Con el fuego de unos dedos que rugían.

Y ahora la bahía llenita de tus trastos,
Llora al maestro, al padre, al jerarca,
Que era, de esta ciudad que sabe a astro.

Su luz será nuestra paz y nuestra arca,
No se acaba lo que deja un vivo rastro.
Y esta marea te hace hoy estrella y barca.

Disfruta de tu paseo después de una vida,
Apoteósica, Lucia, rueda, navega, por sencilla.

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