El suave paladar de un cariñena púrpura.
La esquiva voluta inquieta que se escapa
De unos labios de carmín rojo NAPALM.
El fuego ardiente de tu mirada etrusca,
La sonrisa tenue y la contorsión brusca;
Todo dice que de tu costado emanan
Flores que nadie regó, que descansaban,
Por la desidia, masas y tiempo, mustias.
Toda esa información en un escorzo,
En unas gotas de vino, en un voluptuoso
Tiento de humo y atmosfera y viento.
Cada caldo deja un remanso y un poso,
Cada tiempo una calada entre tus poros.
Cruel destino y affaire, que es un sueño.
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