martes, 7 de febrero de 2012

Embebido

El suave paladar de un cariñena púrpura.
La esquiva voluta inquieta que se escapa
De unos labios de carmín rojo NAPALM.
El fuego ardiente de tu mirada etrusca,

La sonrisa tenue y la contorsión brusca;
Todo dice que de tu costado emanan
Flores que nadie regó, que descansaban,
Por la desidia, masas y tiempo, mustias.

Toda esa información en un escorzo,
En unas gotas de vino, en un voluptuoso
Tiento de humo y atmosfera y viento.

Cada caldo deja un remanso y un poso,
Cada tiempo una calada entre tus poros.
Cruel destino y affaire, que es un sueño.

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