Senos, cósenos, geometría del vértigo,
Ángulos que calibran según te aproximas
El vértice cotidiano de mis cuitas nimias,
El pobre despertar de mis pensamientos.
Se abren las curvas, y tomo paso lento,
En las esferas elásticas de tu varada calima,
En el sobornado tiempo de mis rimas,
Adoro el aire que emana de tu aliento.
Y como si fuera un chicle que inflas,
Se inflaman, con tus suspiros, mis pobres alas
Para estrellarse con la pared de tu esfera.
Y no salen mis márgenes de tu caricia.
Y sigo siendo preso de tus labios de hada,
Como una pompa que atrapas, y se espera.
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