sábado, 27 de abril de 2013

Si todos supiéramos la muerte en 24 horas.

 La elocuencia sería devenir. Los hitos costumbre. La conciencia nata. El discurrir meridiano. Todo tendría sentido para muchos y ninguno para otros. Muchos se despedirían y muchos se sentirían perdidos.
 Si mañana fuéramos a morir todos no perderíamos el tiempo con ninguna mentira, no haríamos daño, no quedaría parcela de nosotros, no seriamos un segundo de historia y la historia al completo del ser humano.
  Si mañana fuéramos a morir, cómo se darían los besos y, cómo no se darían. ¿Y los abrazos?. Y, cuando no hubiera ley ni concierto, ¿de verdad seguiríamos siendo sociales? ¿Lo seriamos muchos más?.
 Si mañana desapareciera el género yo, al saberlo, me quedaría compungido. No tendría tiempo para la ausencia pero sí para sentir una enorme pena por lo grandes que somos. Con todas nuestras imperfecciones, delitos y faltas.
 Lloraría de viva forma y sin lágrima ninguna (miento) por esta raza torpe y muchas veces siniestra, encajonada como una rés, -en este caso, dirección al matadero-. Lloraría por las lágrimas, por las madres, por los hombres, por la mujer, por los niños y las nenas, por los juegos y los caprichos.
 Lloraría desconsolado por el arte y mi amada filosofía. Lloraría porque es producto nuestro. Porque el artista o cualquier persona puede valer más o menos al mundo, pero lo que regalamos como una flor al aire, lo que nos sale....quizá haya razas más inteligentes o divinas en el cosmos. Si es así, éstas también llorarían por esto.
 ¿Qué es el hombre? ¿Qué es la mujer?. ¿Hacemos cábalas? Lo decía un carpintero hijo de carpintero que sería hijo de panadero, que a su vez sería hijo de cabrero, o dios sabe qué, decía, que al fin y al cabo sólo somos amor.
  Y estoy casi seguro de que así sería el último día el mundo si lo conociéramos. Lleno de amor y desventuras. Miren: si somos 6000 u 8000 millones, y los que han vivido plenas vidas y fallecieron, -más plenas o menos-, desde hace 200000 años. Si contamos que el hombre comenzó a tener graves conflictos sociales sólo después de comenzar su andadura por esos campos de Plutón atareado con la siembra y el clima....
 ¿Cuánto amor hemos puesto en este Universo? Esto me suena al cuento de Blancanieves, la destreza de la belleza para domar y la mano cruel del poder. El poder nos engendra demasiados monstruos que esconden nuestras destrezas y nuestra belleza. Y acaba con el equilibrio.
 Si llegara mañana la muerte para todos, para muchos sería un canto dulce, para otros una copa amarga pero bien bebida. Y las gentes se agarrarían a sus creencias. E invitarían al vecino a su casa. E incluso al pobre.
  Los pobres serían menos desafortunados que los ricos, como dice la puta esa de la Lomana. Yo estoy seguro que estarían menos vacíos. Él que tiene poco se tiene a sí mismo mucho tiempo. El que tiene mucho vive pero poco saborea. Aunque la televisión e Internet nos haya igualado. Ya ni el hambre es virtud.
  De hecho creo que sólo las almas jóvenes pueden ser ricas al venir a este mundo -exceptuando ejemplos a seguir y toreros.
  Si mañana fuera el fin el Mundo yo moriría por vuestros labios, por más palabras, por más caricias, por roces, por la amistad sincera, por todos los buenos actos, por todos nuestros regalos sin pedir nada a cambio.
  La generosidad humana cuando sale del corazón, directa como un meteorito entrando en la atmosfera y a punto de explotar, cuando apestamos a humanidad, como las flores. Cuando eso pasa, el ser humano es sublime, y
 ¿Y si mañana fuera el fin del mundo? Yo sólo pediría que sobreviviera de nosotros, en lo que demonios se engendrara en la Tierra, nuestra generosidad y la capacidad humana (y divina) de amar.
 En cualquier caso viniera lo que viniese sería para mejor.

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