miércoles, 23 de septiembre de 2009

A los gitanos, que vienen de Oriente

Dicen que hay fiesta en la casa
de la esquina, cuarto o séptimo,
A, de la fachada de poniente.
Anda por bulerías, niño, pa llá.
No pierdas tiempo. Corre compás.
Y suena Paco majestuoso como siempre.
En la tarde serena se entremezclan
clamores de guitarras, y voces
gitanas invitan calurosas a la entrada.
Entra, no sea que perezcas
de poca gracia, desaconsejao.
No sea que no encuentres tiempo
pa agraciarnos con un cantecito
con unas palmas o con un quejio.
Duele, flamenco, como estar solo,
en medio del río, frío,
y hambriento,
y quedarte por lo menos mil kilómetros.
Salado quemar en el aire
que lleva levante.
Viene a mi ventana e invade
los rincones, todos, de mi apetito.
Pero, sí, en la casa,
suenan palmas a borbotones.
Habrá alegría.
Niño, no te la pierdas,
vas a disfrutar,
y ver tu alma encandilada
entre esta gente cantarina.
Entre esas guitarras por bulerías,
las gitanas harán, por ti, noche delicada
de aspavientos y girasoles,
y habrá palmas hasta la mañana.
No te la pierdas, niño, por nada de nada

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