martes, 22 de septiembre de 2009

Poema 28

Entre la hierba clara
asoman tus piernas bonitas
y en el perfume de las flores
me llega tu pelo enredado.
Otoño amargo que estas por llegar,
vienes a traerme tus frutas
y a llevar las hojas mustias
de mi tronco ya desnudo.
No dejes ir sus sonrisas
ni su terso busto,
ni sus pequeñas medidas.
Llegas con tu alba ceniciento,
con tus tierras anchas
de humedos y frios aledaños.
Vienes a dejarme solo,
con mis canas de nuevo, condolido.
Austero de forma y parco en palabras.
Me tienes asustado.
Deja volver a mi sus calidos
Susurros con el aire que respira.
Deja que huela su pelo
en el pasar de la calle
la primera vez que la vi.
No me quites su seriedad,
su valor para defender lo que piensa,
y defender al que no se puede.
Otoño no vengas,
detente en tu ciclo augural,
examina tu carrera de estrellas,
porque en el borde de tu estela
brilla una mas que ninguna
y es por la amada que te llevas.

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