lunes, 14 de septiembre de 2009

Maledicencias

No puedo sino negar tus virtudes
En el centro de mi torturada cabeza.
Y no puedo sino ensalzar tus vilezas
en todas las imaginadas actitudes.
Pienso que eres necia y de aptitudes
Tontas, torpes y sin ninguna destreza.
Imagino, no sin amarga y cruel tristeza,
Que pierdes frente a mi los dulces laúdes
Que tienes en esa voz de terciopelo.
Pienso que ese fantástico cielo de alma
queda seco por falta de llanto y de saliva.
Pienso, porque eres fría, y por ello muero.
Pienso, porque no eres mía, y me desarma.
Pienso, que si no te tengo, así se olvida

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