miércoles, 23 de septiembre de 2009

Poema 8

Solo, meditabundo, desairado,
Tengo los pies estirados como una gruya
De tanta gravedad que impulsa la tierra.
Estoy pegado,
Difuso,
Piensan mis ideas que tiene fin
Pero al final no tienes ni idea.
Piérdete mordaz solilunio.
Tengo el alma congestionada,
Un resfriado de cojones me atormenta
Como una multa que te echa un calvo un mal día
y no se te olvida.
No hay pelos en los extremos de mi cuerpo
Que no sientan esta gravedad,
Compleja pero estúpida.
Me arrebata un cóctel y un cigarrillo.
Pero tienes mis impulsos
Pena engreída y torpe,
Lúcida y maniática,
Ya, cada vez, creo menos tus engendros,
Porque todavía tengo corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario