lunes, 5 de octubre de 2009

Poema 18 de Flores Marchitas

Vuelven a sonar los silbidos
Que atrapan mi odio en el presente,
Que me hacen un ser indolente
Por no enfrentarme a lo que se ha ido.
Es un problema que tengo ha tiempo,
No tengo corazón en el olvido,
Es ser tan fuerte un pecado sabido
Y es para los que viven el momento

Ellos prefieren que transites como un tonto,
Y que llores y sientas como caen
Las cosas en el saco roto de Caín,
Yo no tengo tiempo. Estoy roto,
yo también.
Pasaron los momentos calidos
De la juventud. Se fueron al orto.
Pasaron, como pasan otros,
Los años para mi corazón hundido.

Hubo tiempos en los que fui hombre
Con corazón fuerte como el roble,
Pero me hollaron como un trasto
Que no encaja en ningún sitio.

A veces, soy serio, me enquisto,
Puedo dolerte, como una lagrima frágil,
A tu alma perdida, detrás de un ágil
Cosmos de cosas sin registro.
Tiendes a pensar que todos se arrepienten,
A creer en un justo destino,
Pero no hay mas, cretino,
Que la justicia de los que no se mienten.

Hubo tiempos en los que fui hombre
Con corazón fuerte como el roble,
Pero me hollaron como un trasto
Que no encaja en ningún sitio.

Tenemos las conclusiones claras,
Estoy mas solo que el rey de los egipcios,
Que tenia que hacer a los dioses propicios,
Y no besaba mas que a su gata.
Tendré tiempo, si no me atan
A la pata de una mesa para ser mascota.
Pues no tendremos mas fuerza que una mota
En el aire embravecido que se desata.
Nadie hará por ti nada,
Mejor que vayas con las cosas claras,
No hay personas que, en un momento, no valgan nada.

Hubo tiempos en los que fui hombre
Con corazón fuerte como el roble,
Pero me hollaron como un trasto
Que no encaja en ningún sitio.

Ahora soy yo el que tiene suerte,
pues con el corazón hundido,
Soy mas fuerte que el olvido,
Y estoy mas vivo que una fuente.

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