lunes, 19 de octubre de 2009

Ser espiritual

 
Hay que sacar la religión de las manos de los hombres,
Y que la lleven de nuevo en sus cabezas y corazones.
No huimos de la religión, huimos de las formas y nombres,
Que esos hombres, que se dicen de dios, dicen que dicen,
Y pregonan que saben, y sermonean y asustan y fingen.
Sólo quiero hacer una única y fundamental pregunta,
Tú que te llamas agnóstico, ateo, incrédulo o pasota,
Desde que naciste a la tierra, ¿ no se te presentó nunca,
En el caminar errático de la vida, en su carrera loca,
El sentimiento de amor, la evocación de la belleza,
El paisaje del firmamento, o el recuerdo de la conciencia,
No se te presento vibrante un nuevo nacimiento.
Y no se presentaron temores, y alegrías, y coincidencias,
Y necesidades en tu sino, tu suerte y pensamiento?
Quizás creas saber algo de alguna cosa todavía imprecisa,
Pero te digo, que si asientes, puede que la lleves prescrita.

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